Opinión

El santo y seña

La esquizofrénica cruzada por la obtención de la independencia ha destrozado Cataluña


Comí ayer con un buen amigo, periodista deportivo con medio mundo a las espaldas fruto de sus constantes viajes profesionales, y ambos pasamos revista a la tragedia del Club de Fútbol Barcelona, cuyo desastre deportivo corre parejo con su desintegración financiera. El Barça tiene que hacer frente antes del final del año a tres compromisos ineludibles. Ha de abonarle seis millones de euros del finiquito a Quique Setién, le debe doce por una temporada no cumplida a Koeman, y ha de aportar su cuota parte de tres millones en la penalización por interrupción del contrato de Xavi Hernández por el equipo catarí del que era director deportivo y entrenador. Ha de afrontar esta contribución de doce millones en circunstancias muy adversas. El Barcelona ha sido eliminado a la primera de cambio en la Liga de Campeones y no resulta fácil esperar una clasificación para la próxima. Su plantilla está lastrada por contratos insostenibles suscritos con jugadores que ya no dan más de sí, y a los que hay que recolocar a la baja donde se pueda. En definitiva, una situación caótica producto de una gestión absurda y de una política demencial que ha conducido a la institución a la ruina.

Pero que nadie se engañe. La situación del Barcelona no es otra cosa que el vivo reflejo de la delirante situación general a la que ha sido conducida una comunidad antaño espejo de bondades, ejemplo de pragmatismo y referencia de sentido común. Una comunidad en la que se amenaza de muerte a las familias que desean para sus hijos una escolarización en castellano y en la que se alienta a que se las apedree y se quemen sus casas es una comunidad que ha perdido el rumbo, la razón, la moral y el equilibrio. La esquizofrénica cruzada por la obtención de la independencia auspiciada más allá de los límites por las propias instituciones, con la necesaria colaboración de unos medios informativos entregados y radicalizados en la causa del colaboracionismo, ha destrozado Cataluña porque nada se ha hecho en seis años salvo fomentar la secesión gastando el dinero sin control para propiciar este anhelo. Yo estoy seguro de que Cataluña acabará -para su propia e irremediable desgracia- por conquistar su independencia. Y cuando esto ocurra será en final. Para ir haciendo boca, ahí está el caos del Barcelona, su santo y seña. Lo demás irá llegando sin prisa pero sin pausa.

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