Opinión

No sé si me explico

Vivimos en un mundo incomprensible a pesar de que los medios de comunicación y la información vuelan como nunca tuvo lugar en la historia. Que se sepa. Los hay optimistas que confían plenamente en todo lo que leen u oyen sin cuestionarse nada. Y los hay que se lo cuestionan todo. Esto último es mucho mejor, porque nunca está de más recabar información y reflexionar sobre ella, sobre todo si ésta puede incidir en la vida de cada cual. Así, ahora mismo, la sociedad se mueve en cada momento entre el buenismo y el abuso, sin dejar de lado la hipocresía con la que se reviste el primero. O sea, el buenismo, que según parece tanto hace por el desamparado y que nada tiene que ver con la bondad. 

Aquí tenemos a Barack Obama, ex presidente de los Estados Unidos, que últimamente se dedica a dar conferencias sobre el gravísimo problema de la desigualdad en el mundo. Hasta ahí, todo maravilloso. ¿Quién mejor puede hablar de ello que quien por sus responsabilidades pasadas tiene que conocer al dedillo el tema? Lo que llama la atención, es que por cada conferencia que da para denunciar la acumulación de la riqueza, o sea, la injusticia social, cobra 400.000 dólares, según ha publicado The Guardian. Sin contar que por su próximo libro de memorias que sacará a la luz la editorial Penguin Random House, va a percibir la cantidad de 65 millones.

 Aquí se amasan los millones como el que canta. Nunca olvidaré lo que solía decir alguien, muy sabia ella: “El que sirviéndole al pobre logró hacerse rico… ¿Me entienden ustedes? No sé si me explico”. Acierta el señor Obama en sus disertaciones. A través de ellas nos enteramos más en profundidad de lo que es la desigualdad en ese plano humano. Este caso me recuerda al de Al Gore, cuyo patrimonio desde que dejó la política, y se puso a dar conferencias sobre el cambio climático, aumento en 200 millones de dólares. Nada menos. Por cada discurso cobra 175.000 dólares (134.000) euros. Llamado por casi todos los países para darlos, hace fletar su avión particular que incide a niveles altísimos en la contaminación que combate. Pero bueno, sobre este señor y el medioambiente ya se ha escrito esto y mucho más. 

Queridos lectores, así es la vida. El buenismo y el miedo llenan las arcas. Dos conceptos que hoy están en primera línea de actualidad e incomprensiblemente muy aplaudidos, por cierto. 

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