Opinión

Percepciones

No sé por qué, no tengo ni idea, pero me da pena, mucha pena que salga de viaje esta biblioteca de José Paz, pues ya hay demasiada guerra en la vida cotidiana como para no desear anclar este remanso de pensamiento y poesía de paz universal en nuestra tierra. Lo que pedía o reclamaba para quedarse en casa, trataré de preguntárselo a él mismo para usted, pero el caso es que no podremos ya leer todo lo que dicen hay en esta biblioteca. Para alegrar el espíritu afligido por esto y otras circunstancias de pena, ahí va ‘El Bastón de la Justicia’ de Rabindranath: ‘Tú, el bastón de la Justicia has puesto en nuestras manos/ Y nos has dado el derecho a castigar, ¡Oh Señor!/ Este gran honor, esta ardua tarea/ Humildemente, con la cabeza inclinada/ La acepto de ti./ Al llevar a cabo mi tarea no tengo miedo alguno/ donde olvidar es una debilidad cobarde, Puedo yo cumplir, ¡Oh Terrible!, tu mandato/ Y que la verdad surja de mi boca como una espada resplandeciente’.


El lunar, Serrat


He tenido la suerte de disfrutar el miércoles de una comida exquisita en el restaurante San Miguel, con ricas viandas y buen vino, aunque lo mejor del menú, créanme que soy sincero, fue la excelente compañía. Como hoy mismo leo a mi amigo José Carlos Fernández Otero, si los comensales son inteligentes y ponderados, el placer del diálogo es muy gratificante. Y una compañía que culturiza, no en vano todos ellos son expertos del Derecho Romano, especializada rama de un derecho que, como dijo Ennes (también comensal), no aplica sino explica y hace mejores juristas, todavía más. Dos catedráticos italianos, Fabio Botta y Vincenzo, que además de buenos conferenciantes son mejores conversadores y apasionados de la política, que los enciende como a nosotros (latinos todos), pero que también bajan a la arena de la vida o césped del fútbol sin ningún problema, con Juve o Milán de referentes; ellas, las chicas que cada año son menos chicas, JASP de la Universidad Vigo, decana Inés Iglesias (enamorada del estudio por el que, encima, le pagan), Margarita Fuenteseca y María José Bravo, junto a una sensible mujer de la Toscana, Bibiana, que por vivir enfrente de la Catedral de Florencia a nadie extraña su gran interés por conocer nuestra Catedral ourensana, a donde fueron de postre con el mejor guía posible, archivero Miguel Ángel González, a quien Ourense le hizo un guiño al pasar en tren siendo niño. Completaban este cuadro ameno, quien tiene siempre un chiste a mano, Modesto, y el genuino sempiterno animador, Emilio Atrio, que responde a arias romanas con tangos.


Así estábamos los comensales, disfrutando del intercambio de conocimientos e ideas, cuando se advirtió la presencia de él, famoso artista de turno que no es friki, y que levantó natural interés en alguno de los comensales, por su apreciado, entre otros, Mediterráneo. Es Joan Manuel Serrat. Se le invitó a sumarse a la conversación, pero éste ya se iba camino de Santiago, no a recoger compostelana sino actuación, al parecer. Había llegado al restaurante en coche, con tres personas más, un poco de tapadillo por directamente al garaje, pues nadie de Ourense lo acompañaba, habiéndose metido entre pecho y espalda el menú siguiente: empanada, pulpo a feira y caldo gallego (de entrantes), lacón con grelos (de plato) y filloas de postre; menú típico nuestro, bien regado por ese vino tinto de cepas centenarias de Beade que se llama Tarabelo y produce Benito Rodriguez Fernández. El caso es que quisieron fotografiarse con él, primero una y después otra, pero él, al ver que eran dos o incluso podría aparecer alguien más con el mismo propósito, y pese a que no había más fans que pudieran haberle agotado la paciencia, quiso abreviar el acto ordenando que se pusieran todas al mismo tiempo, con un gesto tan borde y displicente que a uno, que le correspondió activar el mecanismo para el fotograma, le dieron ganas de manifestarle el deseo de que lo fotografiara su prima (y no fue el único ¿verdad, María José?). ¡Ah!, y no crean que la sonrisa es natural, sino fingida, pues instante antes su gesto era tan serio como duro; ¡cómo engañan algunos artistas! Las elecciones presidenciales Vamos a contar mentiras, vamos a contar mentiras, vamos a contar mentiras, tra la ra. No hombre no, es una broma. Vamos a contar percepciones, que es lo que cuento yo. Y percibo estrategias en alguno. Estrategia de aparentar victimismo de tener que dar el paso porque, después de mí el naufragio. Y a otros que se lo creen. Y más que están pensando en desmontar el argumento. De momento, los nombres no han llegado. Sólo, por ejemplo, que no estará ya Amadeo en ninguna de las quinielas, pues le ha llegado otra hora, bendita hora para muchos, la prejubilación ansiada y esperada para vivir mejor. Que si Mujeres por ahí, que si nos Inmovilizamos por allá, indagaremos un poco y les contaremos si Dios quiere y hay suerte.



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