Opinión

Percepciones

El viajecito


Casi veinte mil euros dicen que costó el viaje balneario turístico del Ayuntamiento de Ourense, bloque Bloque. Es decir, Alexandre Sánchez y Ana Garza, con funcionario Sotelo, y unos dicen que dos más (dato sin confirmar) adeptos a la causa; ¿qué causa?, ¡ah!, a saber. Si es verdad el coste, simplemente, ¡una barbaridad! Veamos por qué: porque tengo dato reciente (este muy cierto) del coste de cuatro noches y mismas estrellas en hotel Meliá de la misma unificada Alemania del viaje municipal, con desayuno buffet incluido y vuelo en Iberia (o sea, un lujo) para dos personas; total, 1.200 euros.


Con esta premisa y dando por hecho que fueron cinco, vayamos ahora a las matemáticas. Dos son a 1.200, como cinco a 3.000, según sencilla regla de tres; pero, debido a que el coste que nos ayudó a resolver la incógnita está basado en pareja que comparte cama habitación (no creo se haya dado este caso en la expedición), sumemos a la última cantidad un coste adicional de 400 por el factor individual. Añadamos una suma para las sentadas alimenticias, dignas para cuerpos con buen diente, de una media de 30; así serían, 30 por 5 personas por 2 (comida y cena) por 5 días igual a 1.500. Si llevamos 4.900, más propinas, autobuses, prensa y otras minucias igual a 1.100, redondearemos los 6.000 que equivalen al millón de pelas, que son muchas pelas y auténtica barbaridad al dividir los casi 20.000 euros que dicen costó la excursión de la pandilla de Enid Blyton (por lo de los cinco) a balnearios europeos, porque da tres veces más del otro viaje comentado; tal como si hubieran ido quince invitados, o si fueran estos cinco casi un mes. Y si fueron solo tres, pongamos al cuadrado la barbaridad.


Pero lo más caro de todo, todavía, resulta no haber mirado a nuestra orilla, porque tuvieron al lamentablemente ya desaparecido y cada día más añorado Eloy Lozano tan cerca, para asesorarles sobre estos balnearios con absoluta profesionalidad, que el no haberlo hecho los retrata negativamente sobremanera, pues cuando estos van el otro viene de más de veinte números en la calle y seis años con revista especializada Thermaespa, la primera en España acerca del agua. ¿Y estos son, además, los que dicen creer en nuestra propia potencialidad?; ¡coño para su fe!, a no ser que las gentes no sean de merecer en ésta, o, al menos, tanto como el suelo. Y para mayor ilustración de lo que digo acompaño una de las fotografías del número 14 de la revista, de invierno del 2006 (antes ni siquiera de que tuvieran responsabilidad alguna en el tema), que pertenece al reportaje DE AQUAE AURELIAE A BADEN-BADEN, de María Isabel Basteiro, uno de los destinos que supusieron algo más de 119.000 euros. ¡Qué ricos! Para finalizar, mi recuerdo también ahora sugerido por Thermaespa al joven fotógrafo también desaparecido José Manuel Doniz, por colaborador profesional con la citada revista.


Detalle de un cese


El de José Antonio Jardón, que el jueves pasado estaba sentado en una terraza de la ex Coronel Ceano (no recuerdo su actual nombre, problemas de memoria y no histórica), cuando lo vi acompañado de su amigo y colega delegado Abelleira. Al día siguiente, ya en el Jardín Japonés del Parque de San Lázaro, el mismo Jardón me cuenta, con esa sonrisa irónica que es una seña de su identidad, qué hacían por la zona vieja el día anterior por la mañana: estábamos escapados del motorista que nos buscaba para llevarnos el cese. Y lo cuenta después de haberlo recibido a las diez de la mañana del viernes. La verdad es que se agradece tal humor, pues aún recordamos la lamentable actitud de algún otro anterior que callejeaba su alma en pena produciendo más pena a una ciudad que no la necesita, por estar ahíta de ella.


La gaviota


Desde hace un tiempo han perdido todo el respeto al humano. Yo creo que las denuncié varias veces, pero, ni caso, pues ellas a la suya, tocando las narices de los bañistas en las playas gallegas que no pueden descuidar la galleta del niño sin riesgo a que se la saque de la mano, o de la boca. Pues eso no es nada comparado con la gaviota vista en la ventana de habitación sanitaria, que mete pico si la dejas abierta cuando no entera. Cuidado con los sueros y vaya cara, la sinvergüenza.

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