Opinión

Percepciones

Deliciosa mañana


El sol me empujó a volver al camino; hay que ver lo fuerte que es la pereza, pues llevaba un tiempo largo sin acercarme a él. Pero esta mañana sabatina empujaba el sol con más fuerza que ella (ladilla fea), por lo que salí a bailar con ritmo de correr la pista de tierra miñorillas. Como siempre, el hecho de encontrarte con gente conocida, que se cuida como los hermanos Penín, provoca también el echar en falta a otros que veías pero que, por gajes de un cambio a otro tipo de ejercicio (político), ya no ves. Al menos es lo que piensas, por ejemplo, en el caso de un paseante de ninfas nato como el ya nombrado alto cargo José Luis Vázquez, o incluso en sempiterno pretendiente Elier al recordármelo el ver pasar a su amigo y compañero caminante Chipi, solo en compañía de su perro. Después pasé por las pozas queridas, ya con la lengua fuera, y me pregunté si ya lo había dicho todo al respecto; y no, faltaba pedir que por pedir pidieran un euro por persona que quiera disfrutarla cada día; euro para mantenimiento. Y como quiera que vendrán sofistas del reino a tirarme al río, justifico mi propuesta en que dicho lujo hay que pagarlo, pues de su necesidad habla el que hasta ahora viviéramos sin él; pero, como en el pecado de decir cosas que uno piensa se lleva la penitencia, la mía, para el caso de prosperar la idea, la ajusto yo a pagar cada día de mi peculio a un usuario durante un año y que por razón de economía no pueda sufragarse tal lujo; este eso de solidaridad va unido a un eso sí de condición a que me escuche durante diez minutos sobre cómo entiendo yo para nuestra ciudad el uso de estas aguas ricas en distintos minerales para la salud del cuerpo y mente social.


Después de finiquitado un tiempo excesivo para los laxos y deshabituados músculos, con el sol secándome el pelo recién duchado, a la entrada del Paseo desde el Parque, observé el motivo de la intervención de los bomberos que recogí el pasado día en fotografía adjunta y por el que les interrogo en el recuadro aparte. Con Oliva y Montse, sus maridos y también Abad, me encontré debajo de tal motivo, que es pancarta informativa del ‘II Encuentro de Emprendedores’ que organiza el Ayuntamiento de Ourense, como si al emprendedor se le pudiera captar con publicidad, pues se es o no se es, según cuestión Shakespeareana. Es indudable la buena voluntad de Barquero, pero veo más pancarta de propaganda que de utilidad, y los gastos públicos hay que someterlos a parámetros de necesidad (menos mal que siempre nos quedarán los bomberos). Sigo Paseo adelante hasta los Vinos, donde el sol de terraza me sienta en silla y cojonudamente por compañía de Lamas que no levitan, Manzanos en flor Marisa Motorista y José Marías, Alejandros de Muxía, Fátimas de mayo y la Quiques, seguidores todos de ese estudio científico que receta par de tintos al día para prolongar cinco años la vida. Bendita y sana moderación. Y así, con buena conversación y sol, una mañana, regalo divino, se acaba.


El COB


Se bajó el telón por este año. Luces apagadas. Todo sea que no se hayan fundido para siempre. No se ha conseguido el objetivo. No sólo el deportivo sino también el económico. Juanes se creyó que con él iba a ser distinto. Igual que lo creerá el siguiente, si lo hay, porque ¿recuerdan que había un grupo de personas que se iban a hacer cargo del club después de Semana Santa? Nos lo habían adelantado, pero nos dieron las doce, y la una, las dos y las tres (que diría Sabina) y por aquí no apareció ni el sereno. Lo peor será que de nuevo habrá déficit y vuelta a lo mismo, deuda o valor sentimental de la ciudad, pulgar arriba o abajo de José Luis Baltar. Una lágrima cayó en la arena (si que estoy hoy porompompero); el caso es saber qué lágrima es.


Dos Anxos


La conocí cuando tenía veintitantos. Ella tenía relación íntima con íntimo amigo mío, Manolo Calderón, que no volvió a Ourense, y con el que me pasaba algo curioso concerniente al valor de la amistad y al hecho de se cultive en según qué circunstancia con cada cual, pues en Madrid casi inseparables pero llegados a Ourense él con sus amigos Pedrido, Pazos o Michel, y yo con los míos. Tal vez fuera esa particular amistad la que me impidió entonces tratar a Mariam como ansiaba mi admiración por su belleza. Después peregrinaje hasta prácticamente ayer. Pero, hoy, la casualidad me brindó la oportunidad de resarcirme, por lo que no faltaré a la cita con ella, con la belleza, arte y estética; será el jueves en el Centro Cultural de la Diputación donde expone con trasunto ‘Dos Anxos’. Y como lo nuestro no es exclusivo ni de amor prohibido, les animo a que se alleguen allí a percibir lo que yo percibo, sensibilidad a raudales.



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