Opinión

Percepciones

No es fácil darle al balón


Es lo que puede decir cualquiera que no toca pelota sino de vez en cuando, siendo vez un año pasado y cuando un recuerdo casi de niñez. Pero nadie se niega a sufrir, como posible consecuencia del esfuerzo extra, el tirón en una pierna, abductores machacados o agujetas en el estómago, si Cruz Roja u otra causa justa suplantan a Avon y llama a tu puerta. Así, el sábado, respondiendo, estaba jugando los primeros minutos Fernando Alañón que lleva mal año de práctica deportiva y lustros sin ver un balón pegado al pie, primer cambio en el terreno de juego de la mañana porque tenía que salir hacia Asturias; pero fue irse éste y llegar otro juez, Piña, que quiso compensar su tardanza en su equipo con un gol de justicia, sí señor; dicho equipo también contaba con otro experto en la ciencia jurídica, Iago Tabarés, y un cancerbero que podría pasar por el mejor abogado de portería futbolística. Enfrente, cómo no, un fiscal, Carlos Valenzuela, todo un carácter en el juego. Bueno, enumerar a todos los participantes y hacer la crónica deportiva consiguientes sería extenso para este espacio, por lo que me cortaré, y tan sólo diré que el trofeo fue para el equipo de Andrea, recién fichada para darle al fútbol-sala en Móstoles, que dirigía sin palabras Peluso, y que lo llevó Carlos Bermello para la sala de trofeos que en Piñor guarda el CHOU, pues médicos, enfermeros y demás personal, como él mismo, había dabondo, léase Luis Rodríguez (buen defensa), Benito Ramos (mejor extremo), Eladio, etcétera. En fin, un día estupendo, de clima y solidaridad, que si tiene continuidad en el tiempo se convertirá en un atractivo más de las fiestas del Corpus, simplemente por su coincidencia de fechas. Enhorabuena, Teresa, Margarita y José Luis, que junto a toda esa familia de Cruz Roja habéis hecho que no cueste ningún esfuerzo colaborar voluntariamente.


No lo puedo evitar, pero el Complexo Hospitalario de Ourense para mí será siempre la Resi, cosa de otros tiempos, casi una antigua casa por cómo la viví a través de un padre cuyo cadáver fue expuesto allí.


Por la Resi


Pues en la Resi estuve el otro día acompañando a una persona en su cita traumatológica con el doctor Antonio Tobío (todo un histórico), para lo que precisaba pasar antes por Rayos; y en la espera por la placa observé a un activo Alastrúe ordenando a la gente y explicando el turno de llamada (entre citas y urgencias), cuestión que no está nada mal para no cogerse mosqueos con la entrada de unos antes que otros, y recogiendo las peticiones escritas con cierta alegría que lo llevó a decir, textualmente: ‘Tó menselo con calma, siéntense y disfruten’ (ya se pueden imaginar la marea de los que estábamos en el pasillo-sala).


En la espera, fui a dar una vuelta (la curiosidad me mata) y se me ocurrió llegarme hasta el bar y colarme en la cafetería del personal para saber a cuánto anda el café: 0,58, casi la mitad que en la otra barra para el público general. Curiosos los distintos contratos que debe haber en los hospitales gallegos con las cafeterías, pues últimamente fui asiduo al Xeral de Vigo, y allí, donde sólo hay una barra común a todos, el café doble es a 0,75 (café para todos). Me encontré con los intensivos José Carlos y Francisco Javier, en tertulia con Fernando Maté y otros, amén de a Guti el blanco y, también, al romántico, al más romántico médico ourensano que por serlo tanto ha llegado soltero a lucir venerables canas. En el mismo pasillo de Rayos, pero hacia el final del mismo, me tradujo un letrero de Quenda por turno el amigo José Antonio Presas.


Y en las dos horas que pasé entre rayos y centellas, (perdón, huesos), tuve tiempo de pensar en el pacto que el Consello de Colexios Médicos de Galicia propuso en su día pues hay vicios adquiridos por los partidos que utilizan los fallos del sistema para lanzarlos como cuchillos a quien gobierna y viceversa, cuando los gobernantes aprovechan cualquier dato positivo para colgarse medallas honoríficas. Integrar a todos los que lo deseen en la discusión, proponer y dialogar, involucrar, es un camino interesante para experimentar e intentar sumar. Nunca me expliqué demasiado bien el por qué no hemos logrado en nuestra sociedad avanzada, por ejemplo que antes un razonable Chechu Jiménez se pudiera reunir con un sensato José Troncoso, amistosamen te, de manera cómplice e interesadamente, cuando tomó el relevo en la misma responsabilidad de la misma empresa, o que no lo haga ahora la nueva gerente Eloína con el anteriormente referido que, por cierto, resultó homenajeado por sus compañeros, sin duda debido a un talante positivo.


¿Por qué no se pueden dar las claves, ajenas a la pertenencia política de partido, sobre problemas de andar por casa, aunque casa sanitaria, que demasiadas veces son vitales para la buena marcha de un Complexo Hospitalario? En fin, no lo comprendí jamás desde la altura de miras que otea una finalidad primera, que es mejorar la sanidad, por encima de utilizarla como herramienta que sirva a ningún plan ladino de conveniencia. Quedemos atentos.



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