Opinión

Percepciones

Dimes y diretes


No revelaré datos de algún caso donde la indiscreción puede ser interpretada como puñal de traición, pero si diré que me gustan los personajes aventureros y sus programas de televisión; ya me gustaría, pues, que cuajara eso desde nuestro Ourense (elementos tenemos para ello), algo como lo que hace el leonés Calleja para Cuatro, quien en años más mozos y menos televisivos le cortó muchas veces el pelo en León a nuestro Miguel Bancaja.


Que en el Benidorm de los tiempos en que Juan García regentó un bar antes de hacer análisis clínicos para el CHOU, en una ocasión y en medio de la multitud de bañistas, se podía ver un claro de playa que llamaba la atención; ¿qué podía pasar?; simplemente, que un tipo singular se daba cremas de especial manera acotando particular espacio; que ¿quién era?, pues nuestro entrañable amigo Artemio Paseo.


Por cierto, hablando de Benidorm, el otro día falleció un joven portugués por accidente de coche en Verín a causa de un reventón de rueda, que me trajo al recuerdo la ocasión en que precisamente hacia Benidorm nos dirigíamos el antes citado Juan García, Elier Ojea y el menda, y, a la altura de Villalba, o tal vez un poco más cerca de Madrid, en plena autopista, reventó una rueda del Seat 128 que tenía Ojea en esa época en que éramos amigos. Afortunadamente, no pasó nada más que la rueda reventada, pues ni un rasguño, ni siquiera al coche. Es el destino lo que nos marca, a unos tanto y a otros tan poco.


En un restaurante de Ourense, hoy nos encontramos a los que aguantan los calores del verano porque no dejan la oficina; aunque a éstos de la foto, curiosamente, es la oficina quien los deja a ellos, pues son empleados de la sucursal de Caixanova en Ervedelo que cierra sus puertas el próximo 21 de julio, según la carta aviso a los clientes recibida hoy mismo de Gregorio Gorriarán, director adjunto.


Viajar es un placer


Podemos hablar de muchos que salen de viaje aprovechando las vacaciones estivales, como los Anguiano, por ejemplo, que se van a tirar los cuerpos al sol a Benicasim, incluyendo al yerno. Pero, para viajar, la apoteosis es la que se avecina el próximo año, por aquello de ser año jubilar. Y entre los que se disponen a hacer el camino de Santiago desde Roncesvalles, un proyecto de tres que quieren, además, apuntar sus emociones en fotografía, dibujo y prosa (seguro que poética); Luis y Juan Carlos, arquitectos, con fotógrafo amigo de Pontevedra, forman el trío.


Sin embargo, para pelerinaxes contados y narrados, nada fácil de conseguir algo que se parezca al Pelerinaxes I de Ramón Otero Pedrayo que, con dibujos y prólogo de Vicente Risco, cuenta el viaje a pie realizado por ambos amigos con un tercero, Ben-Cho-Shey,(¡qué tres!), desde Ourense a San Andrés de Teixido. ¡Cómo no, hay un tipo en Ourense, Santiago, que tiene idea de emularlo, en compañía, además de con el espíritu de los ilustres vecinos fallecidos, de otros dos que bien pudieran ser también interesantes personajes de la cultura ourensana!; pero como Santiago es de personalidad discreta, de momento hasta aquí llego.


No me callo, porque es una joya para leerla de continuo y muy simpática, una de las anécdotas que se cuentan en el citado libro y que tiene que ver co ‘O medo libre’, y que ya transcribo: ‘... O Ben-Cho-Shey e mais eu folgábamos nunha sombra. Risco armado da estilo dibuxaba a testa d’un castro. Pol-o camiño chega trepando un macho e no macho un home barudo (no busquen su significado en el Xerais, que no viene). Cando o Risco foille preguntare o nome do Castro ¿quen sería capaz d’esculcar o que pasou pol-o esprito d’aquel home? Il podería mallar en media ducia de mozos. Mais ô ver o Risco xurdindo da sebe, baixo o craro sol da serán, c’os craros vidros das gafas e a estilo apuntada contra íl, o home botouse ô chan e fuxíu com’alma que leva o demo levando a besta do ronzal. Como se fuxe d’un demo bulreiro e malino, dún poder estrano pr’o que é comenente atricheirarse tras da mula. Renunciamos âs hipótesis. O risco quedou sin fala c’a pruma n amán asombrado d’aquil máxico poder. Rindo e comentando seguimos o camino...’ Esta maravillosa anécdota del camino, me recordó otra sin pluma ni intelectualidad, pero tan cierta como la escribo, vivida por mi mismo junto a mi hermano Santiago y un primo, Jorge Tejada, en el año 1975. Recién llegados a Londres para pasar el verano, buscando un albergue para alojarnos el primer día, en una calle retirada del centro y poco transitada, mi hermano Santiago se dirigió en un inglés muy malo, a un joven británico que pasaba por allí. La forma de expresarse fue tal, que, con gesticulación y tono de voz grave, funcionó en la percepción de aquel chaval e hizo que se pusiera a correr gritando y escapando de tres jóvenes mochileros con aspecto un tanto desastrado. El miedo es libre, y va de tríos.

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