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Viajando con Virxilio


Gracias a la ‘Historia en 4 tiempos’ que nos trae Maribel Outeiriño cada día, los que ya vamos cumpliendo algún tiempo de esos cuatro nos traemos al presente nuestros propios recuerdos, o recuerdos que nos han contado los propios protagonistas de estas noticias. En el caso del comentario reciente de ‘los Corbal se van a Munich’, un 3 de septiembre de 1959, a un congreso de cirugía, hace de ello 50 años nada menos, cuando a los congresos ibas con tu pasta y tus ruedas, además de llevar un trabajo para su pública discusión y contraste sobre una particular cirugía practicada al enfermo para fijarle la mandíbula que se le desencajaba continuamente (tiempos, claro, sin especialidad maxilofacial); además del trabajo para el congreso, el doctor llevó -eran tiempos de viajes por Europa en coche- a un entrañable amigo que viajó durante días con el matrimonio.


El amigo en cuestión y compañero de viaje era el artistiña ourensano Virxilio, que llegó con ellos hasta Stuttgart. Entre otras ciudades, pernotaron dos días en París, donde Virxilio tenía sus amistades un tanto bohemias, entre ellas una mujer, no sé exactamente si era Liliane Jorgensen de la rué de la Huchette, que hacía serigrafía en seda, particularmente unos foulares que quién los pillara 50 años después, pongamos ahora.


Lo más importante para los que no fuimos con ellos, es que Virxilio dejó legado artístico de aquel viaje, en forma de cuaderno precioso de dibujos hechos a lápiz y bolígrafo; como muestra de este pastel, ahí va la guinda de este dibujito espléndido de tres hombres sentados a la espera del tren, fechado y firmado en Stuttgart el 9 de septiembre de 1959, lugar y fecha en que se separaron los destinos de los viajeros seis días después de iniciado. Mientras el matrimonio seguiría al congreso de Munich, el artista Virxilio se desplazaría hasta Ginebra, a reunirse con Valente y Julio Lopez Cid, donde pasó casi un mes pintando, ¡con brocha gorda!


José Angel Valente


El destino de Virxilio en el referido viaje, decíamos arriba, fue Ginebra, donde estaban sus amigos, Julio López Cid y Angel Valente, y donde vive la viuda del poeta, Coral Valente, pintora, quien, por cierto, ha hecho el cartel de las jornadas ‘Memoria Sonora’ que hoy, viernes, precisamente, se estará presentando en el Círculo de Lectores en Madrid. Unas interesantes jornadas que se van a celebrar los próximos días 23,24 y 25 de este mes en el Teatro Principal, a modo de homenaje de Ourense al vecino que dejó de ser un tiempo y fue ciudadano universal por su obra. Los 80 años, si viviera, es la edad redonda que sugirió a alguien hacer memoria de él; recuerdo el brotar la idea en un amigo de época estudiantil, Julio Rivera, quien afortunadamente sí los cumplió, los 80. Y de tal idea germinó esta ‘Memoria Sonora’, que contará con un elenco de personalidades y expertos en la figura de Valente, a través de las distintas conferencias, mesas redondas, recital poético y un concierto con obra para la ocasión compuesta por Mauricio Sotelo, que hará que nadie nos pise el orgullo de compartir el suelo de nacimiento de este ourensano ilustre. Celebro que no sean otros y de otro lugar, pues, los que celebren la figura de este universo poético. Ahí estaremos. Y ya sé quien no se quiere perder a Gamoneda, ¿verdad Pese?


O meu lar


Veo en el periódico el anuncio de las fiestas de Reboredo. Al frente, este año, ejerciendo de Mayordomo de ellas, un estimado personaje, Juan Rodríguez, de ‘O meu lar’, o el Guerrilleiro, como se le conocía antes por dar comidas a los habitantes uniformados del Cumial y que es de estos sitios con cocina casera que notan también la crisis pero ya quisieran otros aguantarla igual, porque muchos trabajadores y ejecutivos del Polígono de San Cibrao acuden a él a provisionar calorías para jornadas vespertinas, o firmar acuerdos con tenedor en lugar de pluma. Estuve recientemente con unos amigos allí, y ante la duda de que fuera un exceso (por gula y precio) pedir una tercera vianda de primero, para picar entre los cuatro que éramos, el singular Juan me desafió con un ‘si no tienes dinero, vete a comer un bocadillo por ahí’. Pero no se asusten, que es particular jerga de broma. Un juego, vamos. Lo malo es si alguno no pilla esta retranca gallega y les pasa lo que a otros, que por llegar muy tarde a comer un día, cuando iban a pedir los cafés les sacó 10 euros para que fueran a tomarlo fuera y lo dejaran descansar. En fin, que Reboredo lo pase bien, y se prepare para ver a su Mayordomo anual en su salsa de baile, porque Juan también es bailarín.



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