Opinión

Percepciones

Valente


No puedo pasar por alto el presente tan anunciado desde hace tres estaciones (corría el invierno) en esta misma sección y que valió algún nervio que otro, suelto de preocupación. Homenaje sentido a Valente. No voy a repetir lo que mis colegas ya han informado sobre el mismo, simplemente lamentar públicamente que Virxilio no pueda acompañar la tertulia de sus coetáneos; para compensar su ausencia ahí va otro dibujo del pintor en aquel viaje que tenía como destino la compañía del propio poeta en Ginebra.


Realidad social


Leo cuatro nombres de vecinos en el periódico que son noticia, la mayor que cada uno de ellos podría protagonizar en su vida. Como cualquiera de nosotros cuando seamos la misma. Cuatro personas, Modesto Gómez, Felipe Feijóo, Digna González y Daniel Álvarez, cada una por su lado, que han perdido la vida en el mismo día, 23 de septiembre. Son los nombres propios de las esquelas que ayer publicó este diario en el espacio más seguido por muchos lectores, me consta como Oro de ley. Los años vividos por los cuatro que se han ido son: 84, 78, 97 y 93; media de 88 que me ha traído al pensamiento alguna pública y repetida reflexión sociológica. Pero, antes de seguir, vaya por delante el respeto y mis condolencias a las familias de los mencionados, pues para ellos hoy serán estas personas, más que dato estadístico, todo un mundo entero caído.


La primera reflexión me hace temblar de realidad demográfica, pues Ourense sufre de envejecida población, que genera bastante problema. Tal vez, para ser riguroso, debiera haber llamado a nuestros hospitales para conocer los bebés alumbrados el mismo día 23, pero tampoco llamo a los tanatorios para saber el dato exacto de los fallecimientos; el caso no es objeto de estudio doctoral sino simple comentario a una fotografía de página de esquelas. La segunda reflexión concatenada responde a mi particular preocupación por el momento coyuntural, de crisis económica (dejaremos otras para otro momento). Hasta ahora, en Ourense, teníamos bastante asumido que gracias a los mayores, con sus pensiones, (en el caso de los del rural, también con sus fincas) la peña que tiene mínimos, o sin ingresos incluso, se iba arreglando malamente, pero arreglando, con la ayuda de estas jubilaciones. Si desaparecen con sus dueños, lógicamente, ¿qué va a ser de algunos? Sinceramente, para preocuparse. En fin, tras las reflexiones el deseo de que Modesto, Felipe, Digna y Daniel, descansen en paz.


Diferencias


He visto a las chicas que he fotografiado antes de que sacaran sus mapas para continuar viaje, de paso en la ciudad. Y me acordé de otra foto que hice ya hace algunos días a dos amigos, a fin de contrastar lo que me sugería su comparativa.


Con una simple mirada, ligera, por encima y nada profunda, me han sugerido las siguientes y mínimas diferencias: Personas anónimas/ Miguelón y Alejandro; Extranjeras/Vecinos colegas; Ciclismo/Senderismo; Ciudad/Campo; Féminas/ Varones.


No anoto como diferencia la que atiende a la belleza, por respeto a los cánones (reglas de las proporciones de la figura humana, conforme al tipo ideal aceptado por los escultores egipcios y griegos), aunque, para mi canon, casi sea la más notable diferencia en las dos imágenes; ellas tan bellas, ellos tan ¡simpáticos!


Dilema


Me encuentro escribiendo esto de los opuestos cuando pienso en un pequeño dilema que la actualidad trae a mi persona. Un dilema de carne o espíritu, negocio u ocio, cabeza o corazón; por supuesto extremando el juego, pues nada es cien por cien, al igual que los sexos. La cuestión surge por la misma hora de celebración en el día de dos eventos que merecen mi atención, cual es la Asamblea General Extraordinaria de la CEO, que ayer volvió a la propia sede después de haberse celebrados los últimos cuatro años en el Auditorio de la mano de los Premios a la Excelencia, y el Concierto de Raquel Rivera interpretando obras de Mauricio Sotelo y Antón Weber. Y la escritora Susana Tammaro me dice ‘Donde el corazón te lleve’. Y ahí fui.



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