Opinión

Plan de salvación 
comercial

Leo con ardor guerrero la misiva que lanzaron a través de los medios de comunicación desde la concejalía de comercio de Ourense, misiva a favor de la dinamización de los locales dedicados al comercio y que, como todos sabemos, sobreviven a duras penas y con más ‘duros bemoles’ para poder hacer frente a la sequía de ventas propia del tiempo actual. ‘Patrimonio, tapas y citas culturales’ son el tridente del Neptuno salvador que quiere clavar en la seca tierra comercial de Ourense la concejalía, a ver si se pesca algo. Aquí se trata de pescar ‘vecinos’ para clientela del comercio gracias a particular señalización de los sitios singulares. La verdad es que me resulta de un ingenuo, por no decir idiota, del tamaño del pensamiento de que cualquier vecino ourensano no sabe de sobra donde se toma una buena tapa, o donde se asiste a un concierto en Ourense. Distinto resulta el asunto para el turista, pero para éste bastante mejor y más fácil sería en lugar de tanta señalización prevista en el plan (algún día nos daremos un topetazo con tanto obstáculo puesto en las calles) abrirle amplios horarios y más días la oficina de turismo.

Pero no vayamos a ser derrotistas respecto a algo nuevo que alguien piensa, porque al menos piensa (algo es algo) y además presumo la buena intención, pero hay demasiados ‘peros’ para ser optimista al respecto. El primero pasa porque el plan deba contar necesariamente con el beneplácito de los interlocutores de siempre: que si Asociaciones, que si Centros Comerciales, que si Federaciones, que si más de lo mismo, lo mismo de siempre, todos ellos que llevan viviendo de la subvención pública desde su nacimiento y son ordenados en pos de la misma merienda (aunque sean migajas) que reparte la política, y que normalmente ni cuentan con la mínima mayoría como para representar moralmente al resto. Ya está bien de utilizar a este tipo de cómplices necesarios, que además nunca han reivindicado la necesidad de ir al núcleo del problema en lo que atañe a la gestión administrativa cual es a mi modo de ver la abusona política de impuestos y excesiva burocracia para iniciar y mantener cualquier actividad. Por supuesto, si una Asociación no cuenta ni con el cincuenta por ciento de los comercios totales, que es la realidad, no debería tener nunca la osadía de erigirse en representante del conjunto, como parece que acontece. Pero ya sabemos que la política funciona con fraudulentas maneras, como la de aprovecharse de la abstención para excluir a unos y mantener a otros, donde solo la opinión parece que sea del que vota, y ¡bota, bota al gilipollas que no vota!

Claro que el Concello debe tratar el problema de la desolación comercial. Pero para que se pesquen peces únicamente hace falta que dejen pescar a los que saben extender sus propias redes, por supuesto distintas a las que ellos han tejido a lo largo de los últimos veinticinco años a fin de que nada se les escape de su control y cuyos nudos están hechos de favores y dádivas con los que mantener el comer en sus manos, y que nadie se mueva alrededor (léase lo comentado en el párrafo anterior). El emprendedor lo que quiere es coger su caña y salir a pescar lo que pueda a base de leal esfuerzo y competencia sin que a su lado esté nadie moviéndosela (sobre todo si éste además jamás pescó nada ni emprendió algo), amén de no tener que estar pagando continuamente un canon por intentar seguir pescando.

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