Opinión

LOS AYUNTAMIENTOS Y SU IMPORTANCIA

Hoy sábado se constituirán las nuevas corporaciones locales. Para algunos concejales, será el día de las bienvenidas: ocuparán su asiento por primera vez e iniciarán su andadura en la política municipal. Para otros, será el día de los reencuentros: volverán a un salón de plenos que ya conocen y podrán saludar de nuevo a sus viejos conocidos. Y para todos debería ser el primer día de muchos al servicio de todos sus vecinos, aunando la ilusión de los ediles primerizos y la experiencia de los que ya son veteranos en estas lides.


A nadie se le escapa que los ayuntamientos constituyen el eslabón más modesto de entre todas las administraciones públicas. Son también el más próximo a los ciudadanos. Y, quizá por ello, son muchas veces la administración más importante en nuestro día a día. No en vano los concejales son los representantes que mejor conocemos. Y son, además, los llamados a resolver nuestros problemas más inmediatos.


Porque, asumámoslo, la crisis libia puede ser -lo es- una cuestión de gran relevancia. Y el nombramiento del nuevo presidente del FMI tampoco es asunto baladí. Pero lo que de verdad nos importa a todos, antes que el destino de Gadafi o el nombre del sustituto de Strauss-Kahn, son la recogida de basuras, la calidad del agua potable, esa farola que no siempre alumbra o el adoquín roto a pocos metros de nuestro portal.


Supongo que es nuestra naturaleza: a todos nos duele más un arañazo propio que un corte ajeno. De ahí lo fundamental que resulta la labor de los concejales que hemos elegido democráticamente. Ellos son como el cocinero o los camareros en el restaurante donde almorzamos. Quizá no sean tan ricos como el dueño del establecimiento. Quizá no deban afrontar tantas responsabilidades como él. Pero, al final, su labor es la que de verdad nos importa. Porque que comamos bien dependerá, más que nada, del buen hacer del cocinero y de la pericia y rapidez de los camareros.


Así es nuestra prosperidad: no depende tanto del ministro de Industria como de nuestros concejales. Depende, en suma, de esos vecinos a los que todos conocemos y en quienes hemos depositado nuestra confianza para los próximos cuatro años. Esos de quienes esperamos que sepan corresponderla ejerciendo, desde hoy mismo, su labor honesta y diligentemente.

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