Opinión

DE CABALLOS, COHETES Y CAMBIOS

Apropósito del cambio, siempre presente en nuestras vidas, hace algún tiempo leí un artículo que sostenía que el trasero de los caballos ha condicionado el tamaño de los cohetes de la NASA. Lo cierto es que, después de mucho indagar, no he conseguido saber si el dato es cierto o si, por el contrario, es una simple fábula, casi una leyenda urbana. Pero, sea como sea, he querido compartirla con ustedes.


Al parecer, dos de los tres tanques de combustible de los transbordadores espaciales estadounidenses se fabrican en Utah y, para llegar a Cabo Cañaveral, han de cruzar las Montañas Rocosas. Y el tamaño de los túneles que atraviesan esta cordillera es precisamente el que ha determinado el tamaño máximo de los tanques.


Pero, a su vez, el tamaño de esos túneles viene determinado por el de los trenes y más concretamente por la distancia entre raíles. Ésta, según aseguran, se debe a que los ingenieros que construyeron los ferrocarriles americanos eran ingleses y optaron por emplear el ancho de vía utilizado en su país natal. Un ancho que también utilizaban los tranvías, fabricados por los principales constructores de carros. Y las dimensiones de los carros, como bien supondrán, se ajustaban a las de los caminos, muchos de los cuales tenían su origen en las calzadas romanas.


En cuanto a éstas, su medida era la adecuada para que pudiesen circular por ellas los carros de la época sin que las ruedas coincidiesen con las pisadas de los caballos y sin que los animales se molestasen entre sí. Por lo que, para construir aquellos carros, los romanos debieron tener en cuenta el ancho del trasero de los caballos que, de este modo, habría llegado a influir en la industria aeroespacial.


Traigo a colación esta anécdota, real o no, porque sirve para ilustrar la necesidad del cambio. A menudo hacemos las cosas de un cierto modo simplemente 'porque siempre se han hecho así'. Pero si hacemos lo que siempre hemos hecho, conseguiremos lo que siempre hemos conseguido. De ahí que iniciativas tales como la fusión de municipios, la contención del gasto público y tantas otras sean, con independencia de su concreta valoración, tan necesarias. Porque, para variar, hemos de intentar algo diferente -lo que sea- y, desde luego, no resignarnos jamás.

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