Opinión

DE COLORES

Aprovechando unos días libres, esta semana me he metido a pintor por unas horas. Pintor novato y, todo sea dicho, de los de brocha gorda. De esos para los que, ahora que he pasado por este trance, reclamo un desagravio público. Porque, a fin de cuentas, casi todos nos hemos referido alguna vez a alguien como 'pintor de brocha gorda', queriendo señalar su poca aptitud con los pinceles. Pero si es meritorio enfrentarse a un lienzo en blanco, no lo es menos enfrentarse a una pared, provisto de brocha y rodillo, y salir airoso. Y de eso puede dar fe uno que, en esto de pintar, nunca pasará del aprobado.


De todos modos, el tener que pintar me ha brindado la excusa perfecta para releer 'El Arte del Color' de Johannes Itten. Se trata de un ensayo en el que el autor suizo trata de esbozar una auténtica teoría del color, subrayando la importancia que este tiene en nuestras vidas y, muy especialmente, en la creación artística. De ahí el énfasis que Itten pone en la combinación de colores y en la búsqueda de una armonía que sea tan agradable para nuestros ojos como lo es la música para nuestros oídos. Y, más allá de eso, que sea reconfortante para nuestro espíritu.


Desde luego, nadie negará que los colores son importantes en nuestras vidas: están dondequiera que miremos e influyen notablemente en nuestro ánimo. Y nos brindan, además, la ocasión de coincidir o de diferenciarnos de los demás en función de nuestros gustos ya que, como reza el dicho, para ellos hay colores. Y eso que ocurre en sentido literal, ocurre también, aunque figuradamente, en el ámbito político.


Allí hay colores donde escoger aunque, a diferencia de lo que ocurre con los colores físicos, los opuestos en política no siempre se complementan y su mezcla, en lugar de un blanco o un gris, acostumbra a dar solamente un negro. Eso es lo que, sin ir más lejos, ha ocurrido estos días a cuenta del rescate a los bancos españoles o de la línea de crédito que la UE les ha concedido. Llamémoslo equis pero lo evidente es que la batalla entre los dos principales partidos en este tema crucial augura un futuro sombrío, casi negro. A nuestros políticos les falta la capacidad de ver más allá de sus propios colores y de procurar la armonía que, hoy más que nunca, necesita el país. Y así pintan bastos...

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