Opinión

TURISMO PATRIÓTICO

Esta semana el ministro de Industria, Energía y Turismo se ha erigido en el máximo defensor de este último ramo, el turístico, y se ha despachado con una recomendación que, a estas alturas de la película, sólo es válida para los españoles que todavía pueden disfrutar de unas merecidas vacaciones y elegir, además, entre un destino nacional o uno foráneo. Y es que el ministro ha aconsejado a esos españoles que veraneen 'siempre' en España, en lugar de hacerlo en 'lugares recónditos' donde quizá encuentren 'mosquitos y temperaturas que sobrepasan los 40 grados'.


Es curioso que sea un ministro, nada menos, el que haya alumbrado la ocurrencia de que el turismo puede ser un acto patriótico. Aunque, a decir verdad, antes que él ya fue Ryanair la que se publicitó con un eslogan de contenido similar, impreso sobre la archiconocida figura del tío Sam: 'Este verano quédate en España. ¡Te necesita!'. Y claro: una cosa es que O´Leary, el dueño de la compañía aérea de bajo coste y escaso combustible, haga chanza de nuestra crisis y otra bien distinta es que el máximo responsable del turismo patrio apueste por resucitar la autarquía de antaño para levantar nuestra economía tumbándonos al sol en nuestras playas.


Y si no está bien que el ministro recomiende esa práctica es, entre otros motivos, porque si España es una potencia turística, como él se ha encargado de recordar, es precisamente porque hay muchos ciudadanos extranjeros que, a pesar de los vaivenes de la economía y del amor a su tierra, nos visitan cada año en busca de lo que sólo nuestro país puede ofrecerles. Con lo cual, elegir destinos internacionales no sólo es una opción legítima, sino que es el salvavidas de nuestro sector turístico. Eso sin olvidar que en España también hay mosquitos de esos que te acribillan a la hora de la siesta y que para encontrar un termómetro que marque los 40 grados a los ourensanos, por ejemplo, nos basta muchas veces con acercarnos hasta el Parque de San Lázaro.


Dicho esto, hay algo en lo que Soria tiene razón, aunque apenas me resten unas líneas para reconocérsela: España es un país maravilloso, con un paisaje bellísimo y un paisanaje que nada tiene que envidiar a ningún otro. Y es una lástima que muchas veces suspiremos por conocer un lugar situado a miles de kilómetros cuando ignoramos las bondades de nuestro entorno más inmediato. Pero eso será tema para otro día.

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