Opinión

Se estrecha el cerco a Urdangarín

El fiscal Horrach pide para Iñaki Urdangarin mucho más de lo que se había anunciado en un primer momento: 19 años y medio de prisión por ocho delitos, y una multa de 3,5 millones de euros. Sin embargo, el fiscal se inclina por archivar la causa contra la infanta Cristina.

Se trata de un auto minuciosamente redactado, en el que Urdangarín aparece como urdidor de una serie de entramados empresariales que tenían como objetivo aprovecharse de su situación familiar para abrir puertas de despachos donde podía ofrecer importantes negocios e iniciativas. Así cometió delitos de malversación, fraude fiscal, blanqueo y falsedad documental entre otros, lo que ha arrastrado a la infanta Cristina a una imputación que Horrach considera que debe ser levantada.

La actuación de Urdangarin ha provocado un deterioro de la imagen de la Corona que no menciona el fiscal, pero que ha supuesto un grave problema institucional hasta el punto de que además de otras cuestiones fue analizada por el rey Juan Carlos cuando sopesó los pros y contras de su abdicación.

El auto explica por qué considera Horrach que la infanta Cristina debe estar al margen de los delitos que presuntamente cometió su marido, y va desmenuzando las acusaciones del auto del juez Castro que provocaron la imputación de doña Cristina. Según Horrach el juez se basó en suposiciones, en "pudo saber" y en sospechas, y lo hace Horrach con unos argumentos convincentes aunque será la Audiencia de Mallorca la que tenga la última palabra. Sabiendo todos de antemano, todos, que si la Audiencia determina que se debe archivar la imputación de la infanta, serán multitud los que denuncien presiones a los jueces para tratar de salvar a la hermana del rey Felipe e hija del rey Juan Carlos.

Es difícil creer que la infanta no conociera que su marido utilizaba su influencia para llegar a determinadas personalidades, pero eso no significa que estuviera al tanto de las irregularidades que cometían su marido y su socio Diego Torres. Formó parte de una de las sociedades porque Torres convenció a Urdangarin de que lo hiciera, y el duque de Palma la convenció sin tener en cuenta que colocaba a su mujer y a su familia en una situación muy complicada. Castro sin embargo no ha podido demostrar la intervención de la infanta en decisiones empresariales, porque no participaba en las reuniones.

El auto es demoledor para los intereses de Urdangarin y demoledor también para la Infanta en el plano personal, porque el perfil de su marido sale muy malparado y es difícil que evite la cárcel. Algo para lo que se prepara desde hace más de tres años, al igual que el resto de la Familia Real. Una familia cuyo prestigio ha minado Urdangarin pero que ha mantenido una actitud impecable a pesar de las acusaciones de presión a jueces y fiscales. Si fuera así, hoy no se encontrarían Urdangarin y la infanta en tan delicada situación.

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