Opinión

Gracias presidente, pero decline, del todo

Gracias, esto es lo primero que me viene a la mente y creo que también a una gran mayoría de los ciudadanos de nuestro país al comprobar los grandes esfuerzos que ha hecho nuestro presidente en funciones, Mariano Rajoy, en estos años difíciles que le ha tocado dirigir nuestro país, pero creo que ha llegado el momento de cambiar el rumbo de las cosas, siguiendo las instrucciones de los que mandan. Como en las empresas, el que manda, decide, aunque se equivoque, y aquí los ciudadanos con sus votos han decidido que el tiempo de las mayorías absolutas se acabó y que lo que procede es llegar a acuerdos entre los partidos y que sea lo que, iba a decir Dios, quiera, pero ya no me atrevo porque cada día hay más gente susceptible.

Creo de verdad que hemos tenido un gran presidente que ha hecho todo lo que ha podido para salir adelante en estos años de crisis y dificultades de todo tipo, pero las circunstancias no le han ayudado, y las circunstancias en este caso fueron las “ansias vivas” que diría el José Mota, por la “pasta” que han llevado a enrolarse en su partido a gente con una pasión desmedida por el dinero y que vieron en el ejercicio de la política un camino para ganarlo, contrariamente a lo que le ha pasado a él y a otros muchas personas honradas de su partido, que lo han hecho por verdadera vocación y por el sentido del deber, y que, económicamente hablando, tal vez les haya sido negativo, aunque hayan tenido que oír de todo, porque entre los políticos como entre otros colectivos, las manzanas podridas contagian al resto.

En la vida de cada día, las cosas van funcionando, aunque sea a trancas y barrancas, porque la mayoría de los ciudadanos cede, declina, o como queramos llamar a los que, aún teniendo razón, son capaces de contribuir a la solución de los conflictos, al contrario de los erre que erre, que prefieren la ruptura de lo que sea, antes de ceder en sus posturas. Esto se nota claramente en la circulación, cuando nos encontramos a un conductor en la típica situación del clásico camino por el que no caben dos vehículos, cede normalmente el más educado, aunque tenga derecho, aunque tenga la mayoría, aunque tenga las de ganar, pero esto es lo que nos diferencia de los animales donde, sin excepciones, cede el más débil, aquí puede ser al contrario, el más débil, puede tener, y de suyo la tiene, preferencia.

La salida para la formación de un gobierno en las circunstancias actuales, tiene muy pocas alternativas. O el Sr. Rajoy se olvida de que tiene el partido más votado, o facilita la investidura del candidato designado por el rey en un acto de generosidad, olvidándose de insultos y agravios, al estilo de lo que hizo Esperanza Aguirre cuando le ofreció la alcaldía de Madrid al Sr. Carmona, o Pedro Sánchez buscará alianzas hasta en el “infierno” si hace falta, para conseguir sus propósitos. Las matemáticas se lo permiten. Son habas contadas, e ir a otras elecciones seria un error, un inmenso error, porque tal vez la situación posterior fuera la misma o peor si cabe, y terminaría haciendo lo que ahora no quiere.

Por otro lado, puede ser una oportunidad única de tener una legislatura equilibrada ya que teniendo la mayoría en el Senado y aliándose con Ciudadanos en el Congreso, aunque no presida el Gobierno, puede tener controlada la función legislativa, porque ya sabemos que cuando hay mayorías absolutas, los compadreos de los Gurtel, ERE, Bárcenas, Cajas, Valencias, etc. están a la orden del día.

Por aquello de que “no hay bien que por mal no venga” podemos estar ante la mejor legislatura de los últimos tiempos, porque cuando hay equilibrio, se rectifica, como ha pasado con esa placa del cementerio de Carabanchel que retiraron por error y la volvieron a reponer al día siguiente, lo peor es cuando el cambio de la placa de una calle o una plaza, ha costado cincuenta años hacerlo.

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