Opinión

La variante exterior del AVE en Ourense

Leo en la Región que ADIF (Renfe) adjudicó por 112 millones de euros, las obras para la construcción de los dos primeros tramos de la proyectada variante exterior del AVE en nuestra ciudad. Siguiendo la tradición, aunque se trata de uno de los más importantes proyectos de obra pública que se pretende llevar a cabo en nuestra ciudad, en ningún momento los responsables de este proyecto se han dignado explicar a los ciudadanos para qué sirve esta desafortunada obra y qué ventajas vamos a conseguir con esta inversión.

Porque es de sentido común, cuando nos proponemos hacer una inversión, ya sea en tu casa, en tu finca o en tu pueblo, que tenga siempre por objetivo conseguir mejorar una comunicación, reacondicionar una construcción o asegurar cualquier estructura. Pero aquí no, aquí la inversión es justo para lo contrario: Destruir el paisaje. ¿Dónde están ahora los ecologistas? Con superfluos túneles y viaductos, uno de ellos nada menos que sobre el Miño y las piscinas de Oira. Crear ¡cuatro! cerradas curvas incompatibles con el trazado de alta velocidad y retrasar la llegada del tren a la estación, porque, si aumentamos el trayecto, las curvas y ralentizamos la velocidad, es de cajón que lleguemos más tarde. No va más. No se pueden hacer más disparates.

Pero ojo, todo tiene su explicación; este proyecto no está ideado para mejorar las cosas, como ingenuamente pensábamos todos, entre ellos, un sr. ministro como Iñigo de la Serna, que se preguntaba, en una entrevista en La Región, si merecía la pena gastarse 500 millones para recuperar cinco minutos. No sr., ministro, es que los gastamos para tardar más, increíble, porque el único objetivo de este proyecto es conseguir dinero público, no que mejoren las comunicaciones, como nos creímos todos de buena fe, y una vez logrado ese dinero, a gastarlo, venga, venga, a la chita callando, adjudicando obra rápidamente, sin explicaciones, aunque sea un despropósito, una aberración, una obra absurda y sin sentido, en perjuicio del tren, de los viajeros, de los ciudadanos, del entorno y de todo lo que se menea.

Es lamentable que en estos tiempos de miseria e incertidumbre se esté hablando tranquilamente de tirar cientos de millones de dinero público en una obra superflua, prescindible y negativa, cuando, incluso dentro del ferrocarril, tenemos necesidad de emplearlo en una obra que sería fundamental para mejorar la comunicación entre Ourense y Vigo, con un trazado actual del siglo XIX y que, con una inversión parecida a la de esta absurda variante, podríamos tener esta ciudad y su aeropuerto a menos de una hora en un tren convencional. Sé que es una utopía, pero ¿no sería posible intercambiar las adjudicaciones a estas mismas empresas, para que hicieran esos túneles y viaductos en el tramo (apenas 50 kilómetros) entre El Puente y Guillarey, donde enlazaría con el proyecto del AVE portugués entre Oporto y Vigo?

Ya digo, sé que es una utopía, puede ser que incluso un milagro (por aquí tenemos un Santuario) pero no es una gilipollez. Esta obra sí que es urgente y necesaria, y compensaría los inevitables daños ecológicos, pero resolvería las comunicaciones entre estas dos ciudades y el aeropuerto de Peinador. La otra no, la otra nos perjudica, directamente, rotundamente, a no ser que alguien nos demuestre lo contrario; estamos esperando, desde hace muchos años, que nos lo expliquen, pero eso sí, delante de un mapa, por favor, el mismo mapa que no debieron tener presente cuando la proyectaron, porque no es normal que, estando a cinco kilómetros del centro de la ciudad, en Seixalvo, te lleven de excursión para ver la presa de Velle en el río Miño. Te lo hace un taxista y lo denuncias.

Hablando del tema con unos amigos, pero ojo, gente instruida, no se crean, de los que leen, no quiero pensar en lo que me dirían la gran mayoría que no lo hace, y me confiesan que no tenían ni idea de lo que les estaba hablando, sí, que habían oído lo de la variante exterior del AVE, pero siempre pensaron, como el sr., ministro, que era una obra necesaria para que el tren llegara mejor y más rápido, pero nunca se imaginaron que fuera para lo contrario.

Pues ahora ya lo saben. Era mentira, simplemente, es lo que se lleva. Pero sin reproches, vamos a remediarlo (también tenemos la Virgen de los Remedios) No tengo otros intereses que el amor a mi ciudad, aunque ahora no viva en ella, tal vez sea por eso, tampoco es un tema de izquierdas, derechas o de frente, se trata de evitar un error. ¿Vamos a consentir los ciudadanos que siga adelante este despropósito? ¿No habrá una institución, partido, club o asociación de vecinos, de curas, abogados, jueces, escritores, maestros o alumnos de todas las tendencias e ideologías que pueda parar este atropello urbanístico, ecológico y antinatural?

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