Opinión

EL SEGUNDO MILAGRO ECONÓMICO ALEMÁN

Renaciendo de sus propias cenizas después de la Segunda Guerra Mundial, Alemania realizó en 1959 su primer milagro económico, que tuvo todas las características de una resurrección tras el funesto nazismo. Pues bien, en la última década logró el segundo milagro alemán y hoy en día es el florón de Europa, el país más desarrollado, el más próspero, el envidiable ejemplo.


La canciller democristiana Angela Merkel fue su artífice con un liderazgo incontestable en dos legislaturas. Este domingo iniciará la tercera al frente del Deutsche Bundesregierung (Gobierno) si no hay un improbable vuelco electoral. Los alemanes parecen sentirse a gusto con esta política serena y natural que los trata como una madre protectora.


A imagen y semejanza de su país, Angela Merkel es realista, seria, metódica, resuelta y pragmática con una idea clara de lo que quiere hacer y hace. Predica la austeridad a los países del sur yen general a toda la Unión Europea donde tiene un gran predicamento. Recomendando una política de ahorro se enfrentó a la prolongada crisis de 2008 a 2013, que aún no ha sido superada al día de hoy.


Nacida en 1954 en el Este, cuando el país estaba escindido en dos, Merkel desarrollló una sólida carrera en las filas del Partido Demócrtacristiano (CDU) que la llevó a la cancillería por primera vez eb 2005. Goza actualmente de una gran popularidad después de su doble mandato, es muy apreciada por sus conciudadanos, su liderato no parece haber mermado a juzgar por los medios de comunicación germanos y europeos. La revista norteamericana Forbes la considera la mujer más poderosa del mundo.




ALEMANIA GANA POR GOLEADA


La República Federal Alemana se halla en una época de bonanza económica sin precedentes que resalta aún más al estar rodeada por una Europa sumida en crisis en la que ejerce el papel de primus inter pares ya que Gran Bretaña se halla en quiebra, Italia pasa por momentos políticamente difíciles y solo Francia parece vislumbrar un atisbo de recuperación (+0,5%) no confirmado del todo.


Berlín ha ganado en todos los tableros a París por goleada. Veamos algunas cifras elocuentes que dan la preeminencia a Alemania en el tándem desigual conductor de la Unión Europea. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el salario medio anual al otro lado del Rin es de 42.400 euros contra 36.155 en el lado galo; el excedente público germano, de 0,2% del Producto Interior Bruto (PIB), contrasta clamorosamente con el déficit del 'hexágono,' -4,8%; en deuda pública también ganan los teutones, menos empeñados: 81,9 frente a 90,2 % del PIB entre quienes hablan la lengua de Molière; en comercio exterior, la diferencia se ahonda aun más: en 2012 el saldo fue para Berlín positivo de 186,7 mil millones de euros y negativo de -81,15 para París. Las economías bifurcan, la francesa flaquea, la alemana roza la excelencia ya que el paro ha sido reducido a 6,7% desde el 8% que les tenía preocupados (10,9% en Francia).


Nuestros vecinos del norte viven por encima de sus posibilidades, gastan un diez por cien más que sus rivales alemanes, tienen un millón más de funcionarios, ambas naciones recuerdan el cuento de la cigarra y la hormiga y sin embargo constituyen el motor de Europa, están condenadas a entenderse. Un dato esperanzador para los franceses, el crecimiento de la población es seis veces mayor que el alemán.




¿EL MEJOR DE LOS MUNDOS?


De cualquier modo, la suerte de Alemania está anclada a la de la Unión Europea, con la que realiza la gran mayoría de los intercambios comerciales. 'Alemania irá bien solo si Europa va bien',constató recientemente la canciller Merkel. Y en efecto, a Alemania le costaría mucho más vender sus productos fuera del Viejo Continente que dentro y eso por tratarse en este caso de un mercado común cercano y accesible.


Si no existiera, Berlín tendría todo el interés del mundo en crear el euro, adoptado en enero de 1999, una moneda que usan a diario 332 millones de europeos, seña de identidad de los Veintisiete, un éxito contemporáneo que compite con el dólar, la libra esterlina, el yen...


¿Todo va bien para Merkel en el mejor de los mundos posibles? No, nada de eso, sería no contar con la democracia que preside la vida política alemana ni con las elecciones que la regulan cada cuatro años. Los sondeos del último minuto en la actual campaña anuncian un empate técnico entre el centro derecha y el centro izquierda que lidera el SPD (Partido Socialdemócrata) de Peer Steinbrück, que se apuntó muchos tantos en un último debate televisivo con la canciller y que ve menguado el poder de su alianza para formar gobierno con el Partido Liberal por debilidad de este último. Merkel y Steinbrück se disputarán el poder a cara de perro hasta el último momento porque en Alemania no hay jornada de reflexión.


El carisma de Angela Merkel tendrá que ser contrastado una vez más en las urnas.

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