Solo uno de cada tres españoles confía en las fuentes de las noticias de las que tiene conocimiento, según el informe Digital News Report 2015, y aunque el dato no es bueno tampoco es muy distinto de lo que ocurre en otros países, salvo en Finlandia y Brasil, donde no dudan de quienes les cuentan lo que escuchan y ven dos de cada tres ciudadanos. O sea, que las noticias llegan a nosotros y luego se pasa por el filtro del escepticismo y la desconfianza por si se da gato por liebre, como a veces ocurre. Algo debemos estar haciendo mal los periodistas y los editores para cosechar esos datos. Quizá es que se haya olvidado de la máxima de que las opiniones son libres pero los hechos son sagrados. O que la información es cara y opinar barato.
