Opinión

Así de claro

Ha durado tres asaltos y ni tan siquiera le han dado la oportunidad de remontar cambiando el día de emisión, prerrogativa que tienen otros formatos que vagan por la parrilla en busca de acomodo antes de su defenestración. Si “Así de claro” era la avanzadilla de lo que va a ser la nueva política de comunicación del Gobierno, a la que se culpa de falta de eficacia en la loa de sus éxitos, el fracaso adquiere una dimensión mayor. A los ciudadanos difícilmente se les da ya gato por liebre y menos en una televisión de carácter público cuyos espacios informativos han sido imparables y ahora arrastran los pies tras la competencia. Al menos el presidente de RTVE no engaña a nadie y declara al servicio de quien se encuentra. Adiós, sueño de la BBC.

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