Opinión

MARAVILLAS

Las comparecencias en el Congreso de los responsables bancarios de instituciones que han sido nacionalizadas están resultando un ejercicio de surrealismo, o como ha dicho el portavoz del PNV en la comisión que los escucha, Pedro María Azpiazu, 'parece que vivimos en el país de las maravillas'. Como nadie se siente responsable de lo ocurrido, y nadie hace un ejercicio de autocrítica, pues habría que llamar a los directivos actuales para conocer el motivo por el cual piden dinero público. Porque lo cierto es que algo ha pasado aunque sea difícil saber qué. El estupor que causan algunas de estas declaraciones contribuye al desprestigio de los banqueros y los políticos. Ellos sabrán.

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