Opinión

Sentido y sensibilidad

En ocasiones, los jueces tiene la misma sensibilidad que el pedernal pero en otras se encargan de echar buenos rapapolvos  por las meteduras de pata de otras instancias. Quizá recuerden que una médica a punto de dar a luz tuvo que interrumpir el parto para presentarse a una prueba con la que podía conseguir plaza fija y, tras realizarla, pudo por fin alumbrar a su hija. Solicito luego que se anulara su examen dadas las condiciones en las que lo hizo  y finalmente lo ha conseguido en sentencia del TSJ de Madrid, en segunda instancia, ante el recurso del Servicio Madrileño de Salud (Sermas) que no quería apearse de su error. El tribunal reprocha a las autoridades sanitarias su falta de sentido común y de sensibilidad ante un caso excepcional y porque “el derecho no puede servir de cobertura para amparar o justificar decisiones conducentes al absurdo”. Con tantas dificultades se entiende la caída de la natalidad.

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