La coartada es que el futuro presidente de la Corporación RTVE es un técnico cuya misión será poner orden en las cuentas de los medios públicos de radio y televisión que vuelve a tener un déficit importante. Pero no hay que engañarse. El Gobierno ha dado el cambiazo a las reglas del juego y la elección del presidente y han sustituido la necesidad del acuerdo interpartidario por el rodillo de su mayoría absoluta. Digamos que bueno, que el técnico tecnificará las finanzas, pero habrá que ver de quienes se rodea para dirigir TVE y Radio Nacional para saber si la RTVE dejara de ser una nonata BBC para convertirse otra vez en un teleclub de partido.
