Opinión

Tensión al volante

Cualquier conductor experimenta un cambio de carácter tendente al mal genio directamente proporcional al número de horas que pasa en un atasco, llega tarde al colegio de los niños o a su trabajo, o siente como una agresión cada adelanto. El teorema de la transformación de las personas agradables en grandes insultadores al volante tiene muchas formulaciones, tantas como variables tiene el tráfico. Una encuesta realizada a los niños que van con su padres en el coche asegura que un 66% de sus progenitores profieren palabrotas al volante. Pero su sentimiento de desagrado por los tacos se transforma en odio filial cuando los padres se ponen a cantar. El coche les demuestra la realidad de sus padres: unos monstruos desafinantes.

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