Opinión

El torno

Los conventos de clausura todavía disponen del torno por el que las monjas dispensan las pastas y dulces que hacen en sus obradores, sin que nadie las vea.

En tiempos el torno servía también para que alguna madre desesperada abandonara en él a su bebé recién nacido con la total garantía de que su vida no peligraría. A falta de conventos de clausura en Nueva York, otra madre desesperada ha decidido sustituir al Niño Jesús de un belén de una iglesia por su hijo recién nacido. No han sido muy originales quienes lo han bautizado como Baby Jesús, pero han sido eficaces. Quizá si las iglesias estuvieran más tiempo abiertas o dispusieran de tornos no nos desayunaríamos con las noticias de los bebés encontrados vivos o muertos en contenedores de basura. 

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