Opinión

Un puñetazo

Hay imágenes que, más que mil palabras, son un puñetazo en la boca del estómago. Acostumbrados a ver reproducciones de montajes y perfomances cada vez cuesta más que una fotografía  sacuda las conciencias.  Eso pasa con las que dan cuenta del belén de una iglesia metodista del sur de California en las que el Niño Jesús, la Virgen María y San José aparecen como refugiados, separados y encerrados en jaulas coronadas por alambre de espino. La Sagrada Familia, el ejemplo de refugiados más conocidos de la historia, convertidos en una denuncia brutal como pocas de la política migratoria de Donald Trump, experto en obligar a separar familias para tratar de frenar la inmigración a su país.  La pastora principal de la iglesia, Karen Clark Ristine, ha asegurado que no se trata de una denuncia política sino teología pura para dar que pensar a quienes se acercan a mirar la escena. Para que nadie se dé por ofendido. 

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