Opinión

Hospital de Piñor y el desbarre

Ya es de sobra conocido que una verdad se puede decir de distintas maneras, sin que se altere lo que se pretende transmitir. De ahí quizás viene que la verdad es la verdad, lo diga Agamenón o su porquero, aunque a veces no coincidan. Y que una mentira se puede disfrazar por conveniencia, y sacarle partido al trasladarla de situación, para matar dos pájaros de un tiro, se ha visto lo aprovechable que resulta, sin faltarle a la mentira. Pero mi interés es por alguna verdad a medias, cuando se aprovecha para transmitir una idea torticera de la realidad y sirve para repartir leña.

Días atrás, un periódico se hacía eco en sus hojas provinciales de la dificultad que tiene en la provincia la oposición al actual presidente de la Xunta: “La oposición a Feijóo en la provincia no lo tiene fácil”. Tal afirmación, visualizada en este comentario torticero anfibológico, viene a cuento a que como el titular de la Diputación de Ourense fue claro y rotundo en que no aceptaba cambio en el estatus del Hospital de Piñor, desmontando la estrategia –a base de confusión, acoso y derribo- sanitaria de los socialistas, pues… el periódico dedujo que Feijóo ya puede asumir que la oposición de verdad la tiene entre los suyos. Lo que no está hoy clarificado es si, con tal deducción, alguna neurona se haya podido descarriar del ímprobo esfuerzo pensante; pero sí que se confirma, una vez más, que los hombres de las tinieblas son más sagaces que los hombres de la luz.

Con el transcurso del tiempo toma más notoriedad la frase del ministro de Propaganda del III Reich, sobre que la mentira, a base de repetirla, acaba creyéndose como una verdad. Y si a este hacer repetitivo de la mentira le acompaña la sanidad, ya disponemos del binomio perfecto para movilizar al personal. Para algunos, el que con la salud no se juega es sólo un tópico.

Es la primera vez que tengo que oír -y creí haber oído de todo- que, para cerrar un hospital, primero hay que repararlo. Ni que, año tras año y desde que dispongo de uso de razón, no se hubiesen cerrado camas temporalmente en todos los hospitales públicos de Galicia y España, con un gobierno y con el contrario, basándose en criterios de eficiencia y racionalidad de recursos físicos y humanos; que sepamos, y es de justicia, los trabajadores de la sanidad también tienen derecho a ir de vacaciones en verano, manteniendo el servicio atendido. Pues este año toca que, en vez de cerrar camas en un edificio del CHOU, del otro y del mismo Piñor, pues se cierren sólo las de éste: se acometen las obras durante el verano y se centralizan las camas en los otros edificios.

Como así de fácil lo entienden mayoritariamente los mortales, al presidente de la Diputación le resultó igual desmontar la estrategia –de acoso y derribo- de los socialistas. Pero, a este desmonte, ya sea porque hay que dar caña al mono, jugar a la confusión o porque a alguien le da por diagnosticar que la oposición está en casa, la verdad de Agamenón –Piñor cierra temporalmente por obras-, la utiliza el porquero y mata dos pájaros de una tacada. Una forma de hacer política al antojo, desbarrando a costa del Hospital.

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