Opinión

¡Recuperación a lo privado!

Para los políticos llamados (auto) progresistas, la tendencia a la demonización y satanización de las prestaciones privadas es su santo y seña. Cualquier político (auto) progresista que se precie, la eficiencia y la calidad de las prestaciones sólo las encontrará en lo público. Eso sí, cuando están en la oposición observan privatizaciones por parte de los que gobiernan, y por todas las esquinas. Y cuando gobiernan, las privatizaciones –a las que recurren a “tutti plen”- en los distintos campos de gestión, las bautizan como externalizaciones. Términos como público, humanización, políticas sociales, derechos, solidaridad, bienestar, etc., etc., se los han apropiado, y todo (auto) progresista que tenga intención de sobrevivir identitariamente debe llevarlos en su ideario político. Y, si no, no tiene futuro.

Hace quince años, siendo ministro -del Gobierno de González- Solbes, éste recomendó un plan privado de pensiones a los españoles. La economía y el empleo se resquebrajaban, los afiliados a la Seguridad Social tocaban fondo, los fondos públicos de reserva no aguantaban tanto peso de progresismo, por lo que lo privado suponía el salvavidas económico para el futuro de los pensionistas. Ante la caída al vacío del modelo social progresista, y la recomendación del ministro Solbes, uno -¡que es precavido!, y sobre todo si lo dice un ministro socialista- acometió un plan privado de pensiones. ¡Cómo no le iba a hacer caso al ministro! Y así, ya no es la primera vez que le doy las gracias a Solbes, pues por su advertencia dispongo hoy de unos ahorrillos, fruto del miedo. Pero ¿sería casualidad?, tras el cambio de Gobierno en el año 1996, no se oyó hablar más de la necesidad de abrir planes privados de pensiones. ¡El mundo económico al revés!

La real, objetiva y auténtica política social es la creación de empleo; disponer de trabajo. Pero así y todo, los (auto) progresistas seguirán apoderándose de la bandera de las políticas sociales, como si éstas se pudieran sostener y potenciar sin la creación de empleo. ¿El resultado?: quince años después, y tras seis de gestión socialista, volvemos a las andadas. Otro ministro, ahora el de Trabajo, aconseja completar la jubilación con un plan privado de pensiones. ¿Tendré que completar el plan privado de pensiones? Parece que siempre lo aconsejan los que no son de los míos, y ¡mal no me ha ido! Aunque echo en cuenta que no disponen de demasiada credibilidad, al oírles la apelación a lo privado, sólo cuando se ven en aprietos.

Paradójicamente, son los gobiernos (auto) progresistas los que nos aconsejan recurrir a los planes privados de pensiones cuando se ven ahogados. Es la manera de acordarse de Santa Bárbara “cando trona”, como lo hace un agnóstico de Dios. Ni alarma, ni incertidumbre. ¡Siempre nos queda el recurso a lo privado!, para los amantes de lo público, cuando vienen mal dadas. Y el progresismo lo dejamos para los tiempos de abundancia.

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