Los españoles son buenos para muchas cosas pero no para hacer la guerra. Los extranjeros se sienten consternados por igual ante su ineficacia, sobre todo ante su enloquecedora impuntualidad. La única palabra española que ningún extranjero puede dejar de aprender es mañana. Toda vez que resulta humanamente posible, los asuntos de hoy se postergan para mañana; sobre esto incluso los españoles hacen bromas. Nada en España, desde una comida hasta una batalla, tiene lugar a la hora señalada ".
La reflexión de George Orwell en 'Homenaje a Cataluña', un libro periodístico imprescindible para todo el que quiera dedicarse al oficio de contar lo que ve, continúa vigente ocho décadas después de la Guerra Civil. Mariano Rajoy esperó a que acabase su fallida sesión de investidura para dar a conocer la propuesta de José Manuel Soria, el ministro que tuvo que dimitir por estar vinculado a sociedades en paraísos fiscales, para ocupar el cargo de director ejecutivo del Banco Mundial a razón de 18.000 euros al mes libres de impuestos. El premio puede interpretarse como una provocación tras haber firmado días antes un acuerdo con Albert Rivera contra la corrupción y los desmanes políticos, pero el presidente en funciones confía en que mañana escampe y su amigo Soria pueda disfrutar del sillón.
A Núñez Feijóo le han hecho una faena antes de embocar la campaña electoral gallega. El presidente de la Xunta reconoció ayer que la decisión "no es fácil de entender" por mucho que el Gobierno central descargue responsabilidades en una comisión técnica. Es consciente de que "en el contexto actual es además muy arriesgado". Luis Villares, candidato de En Marea recogió el regalo de campaña y ofreció a su formación como garante para terminar con las puertas "xirasorias" con un atinado juego de palabras. Para colocar a los amiguetes algunos ni son ineficaces ni esperan a mañana.
