Opinión

Cuatro mujeres en el asiento de atrás

Un coche se detuvo a repostar. El conductor se apeó del vehículo, pagó el combustible y preguntó por una dirección al gasolinero. Semejaba una escena cotidiana que no merecería una línea, pero la cativa advirtió de que en el asiento de atrás viajaban cuatro mujeres apretadas mientras la plaza del copiloto permanecía libre. Decidimos retrasar la partida para comprobar si alguien había bajado al servicio sin que no nos hubiésemos dado cuenta. Después de hacer el recado, el hombre se introdujo en el coche y emprendió la marcha con el asiento delantero vacío. 

Las cuatro mujeres vestían 'hiyab', pañuelo con el que algunas musulmanas se cubren el pelo y, en ocasiones, el cuello dejando totalmente al aire el óvalo de la cara. "¿Por qué van las cuatro incómodas atrás si el asiento delantero no está ocupado?", preguntó sorprendida la rapaza ante una situación chocante para las entendederas occidentales. "Son de religión musulmana. Seguramente se trata de las cuatro esposas y quizá se sientan afortunadas porque en algunos sitios a las mujeres no les dejan montar en coche", intenté explicarle de una manera políticamente correcta, máxime tras el atentado terrorista de París que puede ejercer de acelerante de fobias y servir de pretexto para cercenar libertades conquistadas. "¿Quieres decir que si yo hubiese nacido en uno de esos países musulmanes también me sucedería lo mismo?", inquirió alarmada ante esa azarosa posibilidad. "En algunos sí y en otros no. Depende del grado de sensatez o de locura con la que se interprete el Corán". 

Como para contarle que a algunas mujeres las lapidan por cometer una infidelidad cuando el Corán dice que si ella comete adulterio, perdónala. "También nosotros hemos cometido atrocidades en nombre de Dios y de la Biblia, sólo que después filósofos como Immanuel Kant nos dijo en su principio categórico que hay que actuar de la manera que tu comportamiento pueda ser extrapolable al resto de la humanidad como estudiarás en el instituro". 

La cativa guardó silencio durante unos segundos. "Menudo rollo me estás soltando", concluyó cuando vio que iba a continuar con la chapa. "¿Pero por qué no los multan si van sin cinturón de seguridad?". Verdad absoluta.

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