Opinión

"Tú sabes que también lo harías..."

Podemos saber cuántos 'gin-tonics' apura al año la casa real británica, pero por es-os pagos seguiremos sin conocer si sus señorías del Congreso han hecho un 'monago' con la pasta de todos. Populares y socialistas han pactado un control limitado de los viajes de los parlamentarios y el Congreso sólo publicará el coste total cada tres meses, sin detallar grupos ni beneficiarios de los desplazamientos, no vaya a ser que sepamos demasiado.

La dirección de cada grupo parlamentario vigilará la incontinencia viajera de los diputados. Jesús Posada proclama que está garantizado el buen uso de los fondos públicos. Somos los campeones del mundo en transparencia, pero de boquilla. Si se descubre un escándalo, se desempolva algún viejo código de conducta estupenda y raya al medio, se airea para que el personal compruebe que la corrupción se toma en serio, y se vuelve a guardar hasta el día que vuelva a ser necesario. Piensan algo parecido a "tú sabes que también lo harías, ya verás cuando llegues aquí..."

En el Parlamento gallego cada uno también intenta arreglar lo suyo. El Grupo Mixto pasará de disponer de 5.010 euros al mes a 7.480 euros para gastos de funcionamiento al contar ahora con dos miembros. La diputada Chelo Martínez, antes en la bancada de AGE, estudiará acciones legales ante el Tribunal Constitucional para que se aumente la cuantía económica y se le conceda al Grupo Mixto la posibilidad de formular dos preguntas en las sesiones de control al presidente gallego.

Dijo Francisco Jorquera que la democracia de calidad es cara. Cara de tontos se nos queda con la cantidad de 7.480 euros al mes para que vayan tirando Chelo Martínez y Carmen Iglesias por mucha legitimidad que conceda el reglamento de la Cámara autonómica, aunque habrá alguien que piense que es un pensamiento demagógico. Hasta Xosé Manuel Beiras recordó que en 1985 pagaba de su bolsillo una parte del salario a media jornada de una secretaria.

La próxima vez que al presidente Feijóo le reprochen el porrón de asesores que ha contratado a dedo para que le ayuden con sus cosas en la Xunta tendrá a mano un argumento demoledor. La ideología se pervierte en el momento en que toca repartir la pasta.

Te puede interesar