Opinión

Y decían que estaba loco

Para que aguanten hasta el renglón siguiente se le advierte de que poca cosa o nada se va a escribir de las próximas elecciones europeas. Anteayer, en el abrevadero, viendo el Valladolid contra el Madrid un tipo preguntó cuándo va a ser la final de la Champions. "El 25 de mayo", dijo un cliente que ya de pequeño era de los que levantaba la mano sin saber ni pregunta ni respuesta. "El día de las elecciones", comentó el mozo que acababa de formular la pregunta. "¿Qué elecciones?", contestó el más rápido de la clase. La final, corrigió un colega, se jugará el 24 de mayo y las elecciones se las trae al pairo a todos.

Hay un fulano en A Coruña que es famoso por acudir al Juzgado de Primera Instancia número 4 para denunciar al Fondo Monetario Internacional, al Banco Central Europeo y al Banco de España. Al escuchar la anécdota, uno de los más avispados que pisan la taberna proclamó: "El cuerdo es él, los locos somos nosotros".

Una política decente, que también los hay, sugiere que escriba de "la responsabilidad de todos en la crisis: unos por trincar, otros por haber permitido trincar, otros por no protestar, otros por hacerlo sólo cuando les toca... Una sociedad que hace trampas al solitario es una sociedad enferma". Aquí tenemos a siete concejales del Concello de Santiago sentados en el banquillo de los acusados y el presidente del PPdeG y de la Xunta nos cuenta que va a esperar a que hable la justicia. Hay tanta corrupción en cada leira política que nos estamos acostumbrando al hedor. La responsabilidad es de todos.

Al que decían que estaba loco, el ministro Gallardón le ha espantado las ansias de denunciar pero todos sabemos que el rapaz se queda corto. El presidente Feijóo defiende que es normal que la portavoz del partido lleve dos meses sin hablar y los políticos se han instalado en una locura que puede acabar teniendo consecuencias.

Somos cómplices de aguantar el circo que nos están propinando. Pueden acudir a denunciar, como hacía nuestro cuerdo loco, pero el día que se tiene la posibilidad de mandar para casa a los que están es el de las elecciones. Ya lo decía Dalí: "La única diferencia entre un loco y yo es que yo no lo estoy".

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