LOS CUATRO FRAUDES DE LA LOGSE

Tras una larga travesía, no me extraña que el ministro de Educación, señor Wert, al amparo del nuevo Gobierno, hable de mejorar el actual sistema. Y es que en la última década ha sido tal el deterioro de la disciplina y del nivel educativo que se ha multiplicado el número de profesionales que abandonan la profesión y pasan a jubilarse, no porque les falten las fuerzas y la vocación, sino porque se sienten desamparados y nada protegidos. Y en realidad, si ananlizamos la larga travesía desde la LOGSE, veremos cuatro aspectos nefastos y en contra de la más elemental psicología humana para un educador. A saber:
1.- Primer fraude: a muchos profesores, hoy en secundaria, se les obligó a dar clase a gente que no quiere estudiar, aunque miles de esos docentes opositaron no para enseñanza obligatoria, sino para enseñana voluntaria, y acabaron en una verdadera guardería.

2.- Segundo fraude: las plantillas han sido tratadas como meras fichas sin apenas comunicación, trato y consejo e intercambio de experiencias directas con directores generales, inspectores y consejeros.

3.- Tercer fraude: el deterioro de la disciplina, privando al profesor de toda autoridad para una intervención inmediata, dada su eficacia, ha quemado y carbonizado muchas mentes preclaras y muchas vocaciones amantes del trabajo, el esfuerzo, el sacrificio, la justicia, el respeto y la eficacia.

4.- Cuarto fraude: los últimos recortes salariales junto a la subida de las retenciones a lo que añadimos el incremento de horas laborales, da como resultado la estocada final: trabajar más y ganar menos, a pesar de las lamentables situaciones que se han de soportar en el ejercicio de la ya más estresante profesión.

La reforma es tan vital como la garantía del futuro del país, pero el deterioro al que se ha llegado tardará dos décadas en superarse y, sobre todo, en notar sus efectos.

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