En España todas las campañas que se hicieron sobre el uso del preservativo para, según publicitaban, facilitar un 'sexo seguro', no sólo fueron estrategias de salud sexual engañosas, sino que a pesar del considerable gasto, produjeron los efectos contrarios que decían pretender.
Según la medecina preventiva, debería incluir valoraciones concretas y terminológicas respecto a utilizar el término de 'sexo más seguro' y evitar el de 'sexo seguro', ya que la distinción es básica para que los receptores entiendan que el uso del preservativo sólo reduce los riesgos de infecciones, pero no los evita al cien por cien, por lo que, como todos los mensajes, si no son veraces, pueden ser calificados como 'publicidad engañosa'.
