Terra es el título del nuevo disco de la cantante Mariza, un trabajo de catorce canciones que sigue fiel a sus raíces portuguesas, pero contaminadas por las culturas y las músicas de las que se ha empapado a lo largo de siete años de giras internacionales.
Los últimos siete años de mi vida, viajando cada día por una ciudad diferente, por un festival diferente y por un teatro diferente, fueron muy intensos. Fueron como tres años y medio porque pasaron muy rápido. Al mismo tiempo empecé a abrir mi mente y mi espíritu para entender las culturas que me rodeaban, la música que me rodeada. Fui encontrando músicos geniales... quieras o no, eso acaba siempre influenciando a un artista, afirma Mariza.
Cuando terminé este ciclo con 'Concierto en Lisboa', se deparó un desafío... abrir una puerta nueva. Sabía qué sonoridad quería, pero necesitaba a una persona que me entendiera. Esa persona fue el productor español y guitarrista de flamenco Javier Limón, quien firma además el corte que cierra el disco, Pequeñas verdades, en la que canta también Concha Buika.
Tito Paría (Cabo Verde), Dominic Miller (uno de los músicos de Sting durante los últimos veinte años), el pianista cubano Chucho Valdés y el percusionista español Piraña (colaborador de Paco de Lucía) son algunos de los artistas de muy diversa procedencia que han colaborado en este disco, que verá luz el 30 de junio con canciones como Rosa Branca, Beijo de Saudade, Alma de Vento o Morada aberta.
Todo ha ocurrido de forma muy natural, nada programado, porque un estudio de grabación es como un laboratorio del corazón, afirma una cantante contenta y feliz, renovadora del fado portugués. La energía positiva te hace caminar hacia adelante, comenta.
En Terra, un CD elaborado entre Lisboa y Madrid, Mariza quería una música acústica, balanceada, que respetara su cultura, sus raíces y su lengua, pero al mismo tiempo con todo lo que había visto por el mundo entero. La música tiene ritmo y una pulsación, como la Tierra. No quería algo estático, precisa.
Mozambiqueña pero formada en el barrio lisboeta de Mouraira, Mariza se dio a conocer en 1999 en un homenaje póstumo a Amalia Rodrigues y saltó a la fama en 2001 con su primer disco, Fado em Mim.
Ante la repercusión de su carrera dentro y fuera de las fronteras portuguesas, Mariza reflexiona: yo soy un vehículo que lleva la cultura de mi país. Mi papel es cantar la cultura de mi pueblo, mostrando lo que es este Portugal de hoy, que está cambiando y dando pasos hacia adelante, hacia un mundo nuevo.
Mariza se lanza con Terra en directo en Lisboa el 21 de junio en un auditorio para 15.000 personas, el comienzo de un viaje que la llevará a España en el mes de julio con citas en Huelva (día 11), Badajoz (día 12), Madrid (día 13) y Jerez de la Frontera (día 31).
Además tiene previsto actuar el viernes 4 y el domingo 27 de julio en Sant Feliu de Guíxols y en Gijón, pero con sendos conciertos inspirados en la película de Carlos Saura, Fado.
Cuando terminé este ciclo con 'Concierto en Lisboa', se deparó un desafío... abrir una puerta nueva. Sabía qué sonoridad quería, pero necesitaba a una persona que me entendiera. Esa persona fue el productor español y guitarrista de flamenco Javier Limón, quien firma además el corte que cierra el disco, Pequeñas verdades, en la que canta también Concha Buika.
Tito Paría (Cabo Verde), Dominic Miller (uno de los músicos de Sting durante los últimos veinte años), el pianista cubano Chucho Valdés y el percusionista español Piraña (colaborador de Paco de Lucía) son algunos de los artistas de muy diversa procedencia que han colaborado en este disco, que verá luz el 30 de junio con canciones como Rosa Branca, Beijo de Saudade, Alma de Vento o Morada aberta.
Todo ha ocurrido de forma muy natural, nada programado, porque un estudio de grabación es como un laboratorio del corazón, afirma una cantante contenta y feliz, renovadora del fado portugués. La energía positiva te hace caminar hacia adelante, comenta.
En Terra, un CD elaborado entre Lisboa y Madrid, Mariza quería una música acústica, balanceada, que respetara su cultura, sus raíces y su lengua, pero al mismo tiempo con todo lo que había visto por el mundo entero. La música tiene ritmo y una pulsación, como la Tierra. No quería algo estático, precisa.
Mozambiqueña pero formada en el barrio lisboeta de Mouraira, Mariza se dio a conocer en 1999 en un homenaje póstumo a Amalia Rodrigues y saltó a la fama en 2001 con su primer disco, Fado em Mim.
Ante la repercusión de su carrera dentro y fuera de las fronteras portuguesas, Mariza reflexiona: yo soy un vehículo que lleva la cultura de mi país. Mi papel es cantar la cultura de mi pueblo, mostrando lo que es este Portugal de hoy, que está cambiando y dando pasos hacia adelante, hacia un mundo nuevo.
Mariza se lanza con Terra en directo en Lisboa el 21 de junio en un auditorio para 15.000 personas, el comienzo de un viaje que la llevará a España en el mes de julio con citas en Huelva (día 11), Badajoz (día 12), Madrid (día 13) y Jerez de la Frontera (día 31).
Además tiene previsto actuar el viernes 4 y el domingo 27 de julio en Sant Feliu de Guíxols y en Gijón, pero con sendos conciertos inspirados en la película de Carlos Saura, Fado.
