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Sidney Lumet, el cineasta que iluminó la conciencia de América

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photo_camera Sidney Lumet.

Se atrevió con todo. De la profética "Network" (1976), sobre el mundo de la televisión, a dramas familiares como "Antes que el diablo sepa que has muerto" (2007), pero nunca dejó de indagar en los conflictos morales de la sociedad norteamericana,

Sidney Lumet se atrevió con todo. De la profética "Network" (1976), sobre el mundo de la televisión, a dramas familiares como "Antes que el diablo sepa que has muerto" (2007), pero nunca dejó de indagar en los conflictos morales de la sociedad norteamericana, enfrentando al espectador a su conciencia.

Mañana se cumplen cinco años de su muerte y para conmemorarlo el canal TCM estrena en España el documental "By Sidney Lumet", dirigido por Nancy Buirski, en el que el propio autor de "Tarde de perros" (1975) repasa su trayectoria a través de una entrevista en profundidad entretejida con secuencias de sus películas.

Lumet (Filadelfia, 1924-Nueva York, 2011) se define a sí mismo como "un tipo normal con mucha suerte". Cuenta que el propio Henry Fonda, a quien había dirigido en una serie de televisión, lo eligió para dirigir "12 hombres sin piedad" (1957), su deslumbrante ópera prima, pese a su falta de experiencia previa en el celuloide.

De algún modo, su propio aterrizaje tras la cámara fue fruto del azar. El cineasta, de padre actor y madre bailarina, siguió en un principio los pasos de su progenitor. Debutó con solo cuatro años en el Yiddish Art Theater de Nueva York y en la década de los 30 actuó con asiduidad en Broadway.

Lumet fue miembro fundador del Actor's Studio de Elia Kazan, pero no duró mucho ahí. "Me echaron por plantear que había otras formas de actuar, no sólo el realista", desvela en el documental. Fue entonces cuando creó su propio taller. Y como no tenían a nadie para dirigir los ensayos, los otros actores le propusieron a él.

"Kazan jugaba con las neurosis de los actores. Yo le vi hacerlo", asegura Lumet, cuyo estilo en la dirección de actores descansa más en la confianza en la técnica del intérprete y en la "empatía", como han podido comprobar desde Paul Newman a Al Pacino, Philip Seymour Hoffman, Sophia Loren, Katherine Hepburn o Sean Connery.

El cineasta, uno de los que mejor ha inmortalizado la ciudad de Nueva York, junto a Woody Allen, era de los que creían que cada película merecía su propio estilo. Por eso muchos le consideran "el antiautor".

"Hizo más de 44 películas en 50 años, con temas y enfoques muy diversos. Para la gente que piensa en los cineastas como autores, esa diversidad juega en su contra", señala a Efe Buirski.

"Pero a él no le importaba como le llamaran, él se sentía afortunado por poder trabajar en lo que amaba", añade la fundadora del Full Frame Documentary Film Festival y exeditora de fotografía internacional de The New York Times.

Aunque estuvo cuatro veces nominado al Oscar a mejor director, y una al mejor guion adaptado, Lumet no se llevó ninguno y sólo en 2004 la Academia de Hollywood, como en tantos otros casos, trató de enmendarlo con un Oscar honorífico.

Buirski construye el documental alrededor de la idea de que, pese a esa diversidad temática y formal, hay una constante en la mayoría de sus filmes, que es su preocupación por los conflictos éticos.

Y relaciona esa constante con experiencias vitales que lo marcaron, como la caza de brujas, que sufrió en sus propias carnes, y una vivencia dramática que Lumet tuvo en un tren en Calcuta, cuando fue testigo indirecto de una violación.

"Fue una vivencia decisiva para él y le hizo entender lo difícil que es asumir nuestra responsabilidad como individuos y rebelarnos ante situaciones con las que no estamos de acuerdo", asegura la directora.

Todas sus películas, y en particular las que todo el mundo conoce, "Network", "Serpico", "Tarde de perros" o "El prestamista", desprenden un "fuerte sentido de la justicia, de lo que está bien y mal", y arrojan luz sobre las contradicciones de la sociedad norteamericana.

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