La vida del futbolista tiene semanas así. “No digo que sea el pan nuestro de cada día, pero tienes que estar preparado para estos momentos. A nadie le gusta que le hagan lo que me ha pasado con el Arenteiro, pero cuando se cierra una puerta se abren otras”, explica Álex Fernández a la vez que reconoce tener ganas de que todo se normalice un poco más. Es, sin duda, el protagonista de la semana. En 24 horas lo despidieron de un club en el que había sido el líder y pieza clave para pasar de Tercera División al fútbol profesional y recala en otro que seguro sueña con que haga exactamente lo mismo.
“He entrenado con el equipo y he notado mucha ilusión, la misma con la que vengo yo. Vengo a la UD Ourense con la misma idea que cuando fui a Carballiño, acabar el contrato, mirar atrás y haber cumplido todos los objetivos”, dice el nuevo jugador rojillo.
Fichar por la UD Ourense es una declaración de intenciones. Llega para pensar a lo grande y seguro que para la grada es un golpe de efecto para hacerlo de la mano: “Más que el objetivo de esta temporada, lo que hay aquí es ganas de hacer algo grande a largo plazo. Si se puede ascender esta temporada, sería maravilloso. Hay muy buen ambiente en el equipo y en el cuerpo técnico y claro que tenemos que ser ambiciosos y pensar en pelear por el ascenso, pero a la vez también me han transmitido y he notado que se tienen los pies en el suelo”.
En el Arenteiro, el argumento que le dieron para despedirlo fue rendimiento deportivo. El domingo la UD Ourense tiene partido y él asegura estar listo: “Tengo muchas ganas, la verdad. Ya se lo he dicho al entrenador, estoy a disposición del equipo para hacer lo que el equipo necesite de mí”.
“La conciencia tranquila”
La ilusión de lo nuevo convive con una decepción todavía muy reciente. Hablando con el jugador de la UD Ourense todavía sale, a la mínima, lo ocurrido hace solo unas horas: “Ya lo he dicho, no me lo esperaba. No me esperaba este final y creo, modestamente, que hice méritos para recibir otra despedida que un tweet. Creo que estaba en el mejor momento de mi carrera, de conseguir dos ascensos. Yo puedo decir que me voy con la conciencia tranquila y que nadie allí me puede decir nada. Duele por eso y es un palo gordo para mí”. Y añade: “Cierro una etapa muy bonita, la más bonita de mi carrera, y empiezo una nueva con muchísima ilusión y muchísima ambición. No vengo a retirarme, vengo a llevar a la UDO a donde quiere y a donde se merece”.
