El primer ministro, Pedro Passos Coelho, cede al verse acorralado por la presión social y política

El Gobierno luso da marcha atrás y no bajará los salarios

Manifestantes con pancartas con el retrato del primer ministro de Portugal, Passos Coelho.  (Foto: A. COTRIM)
El Gobierno luso acabó por ceder ayer tras dos semanas sometido a una intensa presión social y aceptó echar marcha atrás en su última propuesta de ajustes, dirigida a aumentar la carga fiscal de los trabajadores y reducir la de las empresas. El primer ministro Pedro Passos Coelho admitió 'estar disponible para, en el marco de la concertación social, estudiar alternativas' a esta medida, fuertemente criticada por patronal, sindicatos, oposición y grupos civiles.
Prueba de la contestación social que había generado la propuesta del Gobierno fue la protesta celebrada frente al Palacio lisboeta de Belem, donde miles de personas corearon 'Cavaco, escucha, el pueblo está en lucha' o 'FMI fuera de aquí'. La propuesta del Gobierno luso de subir en 2013 las contribuciones que pagan a la Seguridad Social los trabajadores y bajar la que abonan las empresas por cada empleado fue anunciada por el propio Passos Coelho el viernes 7 de septiembre, con el objetivo de 'crear empleo' y frenar así el continuo aumento del paro.La medida, sin embargo, fue contestada por la oposición, los sindicatos e incluso la patronal, por considerar que podía hundir todavía más el ya de por sí debilitado consumo interno.


DIVERGENCIA ENTRE PARTIDOS

Este nuevo incremento de la carga fiscal a los trabajadores también causó divergencias entre los dos partidos que conforman el Gobierno conservador, los socialdemócratas del PSD y los democratacristianos del CDS-PP, que juntos permiten a Passos Coelho gozar de mayoría absoluta. El país vive bajo la asistencia financiera de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional desde mayo de 2011, que acordaron prestarle 78.000 millones de euros a lo largo de tres años para evitar la bancarrota, a cambio de un severo programa de ajustes y reformas aplicado a rajatabla por el Gobierno luso.

Los recortes no evitaron que Portugal afronte dificultades para cumplir con algunos compromisos adquiridos con la troika, como el de la reducción del déficit público, lo que obligará a la adopción de nuevas medidas de austeridad.

Te puede interesar