En el ecosistema mejor conservado de la provincia de Ourense conviven lobos, águilas, ciervos y un sinfin de especies

O Invernadeiro, el santuario de la fauna gallega

Cumbres y valles que forman el parque natural do Invernadeiro, en las que se observa la nieve caída en los últimos días. (Foto: Marcos Atrio)
El parque natural do Invernadeiro es la joya natural de Ourense más desconocida pero también la más intacta: un lugar perdido en medio de la sierra donde se respira soledad y silencio. Su alto grado de con servación, libre de la presencia humana, está marcada por su propia historia, la en manos privadas y por la restricción de visitas (no más de 30 personas al día). Adentrarse en sus 5.722 hectáreas supone des cubrir la naturaleza en estado puro, un santuario de la fauna gallega donde habitan lobos, corzos, cabras montesas, águilas, búhos... y una gran rerserva botánica con claro interés científico.
La naturaleza en estado puro tiene nombre, Parque Natural do Invernadeiro. El ecosistema que brinda a lo largo y ancho de sus 5.722 hectáreas, incardinadas en el municipio de Vilariño de Conso pero a las que se accede por Campobecerros (Castrelo do Val), hacen enmudecer al visitante. Es un espacio intacto, ‘libre de la codicia humana’, como lo define el asesor de la Xunta Consultiva del Parque, Rodolfo Núñez de las Cuevas; un lugar perdido en medio de la sierra donde se respira sosiego, tranquilidad y mucho silencio.

Su aislamiento, su historia y la restricción de las visitas (no se programan más de 30 al día y es necesario un permiso de Medio Ambiente), han sido la clave de que su conservación sea mayor a la de otras sierras de Ourense. Permaneció sin padecer divisiones desde la Edad Media y se mantuvo como propiedad privada hasta 1987, fecha en la que lo compró la Xunta (fue declarado parque natural en 1997). ‘No pasado era un reservorio de caza maior e moi apreciado para o pastoreo. Na década dos anos 50 o dono era Papelera Española, que iniciou as primeiras repoboacións’, relata el director xeral de Conservación, Xosé Benito Reza, que califica el parque como ‘o santuario da fauna galega’ porque se pueden contemplar lobos, corzos, rebecos, ciervos, jabalíes, tejos, águilas reales, halcones peregrinos, azores y búho real, entre otras muchas. ‘O Xurés se abasteceu de cabras montesas do Invernadeiro’, comenta Reza, que considera que ‘o Invernadeiro permite vivir a natureza como en ningún outro lugar’. El ‘Invernadeiro’, una cadena montañosa situada en el sur del Macizo Central Ourensán y conformada por los valles de los ríos Ribeira Grande y Ribeira Pequena (afluentes del Camba), brinda la posibilidad de recorrer a pie cinco rutas de senderismo. Además, uno de los espacios más interesantes es el circo glaciar de Filgueira, donde hay un bosque de acebos. Dispone de un Aula da Natureza, en la Ribeira Grande, con un dormitorio individual y dos colectivos (con 28 literas cada uno) destinada a estudiantes e investigadores y dotada de laboratorio-biblioteca, aula de proyecciones, enfermería, comedor y cocina industrial. En este entorno también se ubica un observatorio de la fauna silvestre.

El clima

El clima, entre eurosiberiano y mediterráneo, proporciona a este espacio un interés botánico excepcional con especies arbóreas atlánticas o atlánticas-continentales, como el ‘carballo común’ y submediterráneas, como el ‘carballo cerquiño’. La especie dominante es el Carballo Quercus Robur.

El futuro de este parque ha sido muy debatido, pero ‘ten que ser o que é, o desenvolvemento libre da natureza para que sirva de formación e investigación’, concluye Reza.

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