Tres parroquias concentran la mayoría de los 14 fuegos forestales declarados esta campaña
Hay concellos que han sufrido mayores pérdidas este año (el vecino Cualedro, por ejemplo) o mayor número de fuegos (Ourense y sus gargantas sobre el Miño). Pero no hay ninguno en el que los incendios tengan una regularidad tan espantosa. Oímbra -apenas 2.000 habitantes, uno de los pequeños en la provincia con sus 7.200 hectáreas- aparece en los registros cada semana. Desde que en julio comenzó el período de máximo riesgo, en el concello se declara al menos un fuego cada semana.
Ayer se registró el último de la serie y el primero de esta semana. Fue en la parroquia de As Chas, muy cerca del concello de Verín, que no es de las habituales.
Casi siempre sucede en la misma franja a un paso de la "raia". En realidad el fuego salta de una parroquia a otra porque están muy juntas. Entre Oímbra y A Granxa hay apenas diez kilómetros, y en medio está Casas dos Montes. Algo más al sureste, Videferre y Bousés también suman fuegos. En Videferre se declaró el primero del año el 2 de abril. En mayo ardió en Oímbra. La racha de julio empezó entre A Granxa y Casas dos Montes. El día 10 y el 21 hubo incendios de nuevo en Oímbra. El 23 repitieron A Granxa y Casas dos Montes. Y ese mismo día empezó un gran fuego en Oímbra, que corrió hacia el sur y alcanzó al concello portugués de Cambedo. Ardieron 203 hectáreas (en España). Días más tarde, la amenaza llegaría del otro lado de la frontera, de Soutelinho da Raia. Un fuego se declaró en Bousés el 27 y otro en A Granxa.
En agosto, los días 8, 12 y 22 (dos) hubo incendios en A Granxa. Total, 137 hectáreas. En Oímbra ardió también el día 20. Las vigilancia se ha incrementado en la zona. Hay más Guardia Civil y Policía este año, confirma el teniente de alcalde, Fernando Vieira. "Non sei que pasa. Hai xente queimando o monte, iso é evidente. Apagamos nun sitio ás catro da tarde e as doce da noite volven... tres ou catro días despois, outra vez". Los fuegos, dice, han quemado castaños, frutales y algunas vides. Lo peor sucedió en el grande, el día 23, "os militares desaloxaron algunhas casas", y un especialista de las BRIF se desplomó en el monte.
