Tres de cada diez ourensanos marcaron la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta del año pasado. El Gobierno entregó 500.000 euros de todo lo recaudado en la provincia a la institución religiosa, una cifra que se queda corta en comparación con los dos millones de euros que recibió el Obispado ourensano por este concepto.
El Obispado de Ourense recibió dos millones de euros de la declaración de la renta del año pasado, tres veces más de lo que suelen destinar los ourensanos a través del mismo concepto a la institución religiosa. La diferencia la aportaron las diócesis españolas más ricas, como las de Madrid y Barcelona, a través de un fondo de compensación solidario que tiene en marcha la Conferencia Episcopal. Así lo aseguró ayer el vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal, Fernando Giménez, que se desplazó a Ourense para ofrecer una conferencia sobre la nueva financiación de la Iglesia en España.
Según Giménez Barriocanal, tres de cada diez ourensanos marcaron con una cruz la casilla de la Iglesia en sus declaraciones del 2007. Teniendo en cuenta el número de población es la tasa más alta de Galicia, señaló, recalcando que después de más de años en los que la Iglesia recibía subvenciones de los presupuestos generales del Estado, este es el primero en que no va recibir ni un solo euro. Esto supone un enorme reto, dijo.
La única financiación les lle gará a través del sistema tributario, por el que tienen previsto recaudar un 20% de los gastos. El resto lo tendrán que aportar los fieles con limosnas en los cepillos, colectas, donativos e ingresos degravables en cuentas corrientes, explicó.
La Diócesis de Ourense y el resto de las gallegas, según Giménez, son dependientes de la solidaridad de otras más ricas de España y seguirán así, dijo, debido a las características propias de la dispersión de la población, la creciente despoblación y el envejecimiento.
Según Giménez Barriocanal, tres de cada diez ourensanos marcaron con una cruz la casilla de la Iglesia en sus declaraciones del 2007. Teniendo en cuenta el número de población es la tasa más alta de Galicia, señaló, recalcando que después de más de años en los que la Iglesia recibía subvenciones de los presupuestos generales del Estado, este es el primero en que no va recibir ni un solo euro. Esto supone un enorme reto, dijo.
La única financiación les lle gará a través del sistema tributario, por el que tienen previsto recaudar un 20% de los gastos. El resto lo tendrán que aportar los fieles con limosnas en los cepillos, colectas, donativos e ingresos degravables en cuentas corrientes, explicó.
La Diócesis de Ourense y el resto de las gallegas, según Giménez, son dependientes de la solidaridad de otras más ricas de España y seguirán así, dijo, debido a las características propias de la dispersión de la población, la creciente despoblación y el envejecimiento.
