Un camión cargado con 30.000 litros de alcohol etílico quedó atravesado en la carretera de Castro de Beiro (Ourense). El vehículo embarrancó cuando el conductor maniobraba para dar la vuelta.
Los vecinos de Castro de Beiro, Paradela y Montes (Ourense) tuvieron que dar ayer largos rodeos para salir del pueblo en coche. Un camión les cortó la carretera e impedía el paso incluso a ciclistas y peatones. El vehículo es propiedad de una empresa de Salamanca y transportaba 30.000 litros de alcohol etílico desde Sevilla para una destilería de aguardiente y licores de la zona. El conductor era la primera vez que realizaba el viaje y la referencia que tenía era la de la factura, en la que figura Castro de Beiro, dijo.
Desde Sevilla hasta Ourense circuló sin problemas, pero al llegar a Quintela de Canedo se perdió. Paré el camión y pregunté por el camino a seguir hacia Castro de Beiro, añadió.
Un viandante le indicó la carretera y el automovilista emprendió la marcha, pero cuando llevaba tres kilómetros recorridos volvió a sentirse perdido. Algo me decía que estaba circulando en dirección contraria, comentaba.
El vial es demasiado estrecho para dar la vuelta. El conductor buscó una zona algo más ancha y comenzó a maniobrar para regresar a la N-120. Tenía bastante espacio pero la calzada está mojada y las ruedas patinan, lamentaba. El camión quedó atravesado con la cabeza tractora pegada a la valla protectora, que impedía que se precipitara por un terraplén. Tráfico cortó el vial señalando rutas alternativas para los vecinos. A las cinco de la tarde, una grúa se disponía a retirar el vehículo para vaciar la carga en la destilería, que estaba cerrada. El camionero desconocía que era festivo en Ourense.
Desde Sevilla hasta Ourense circuló sin problemas, pero al llegar a Quintela de Canedo se perdió. Paré el camión y pregunté por el camino a seguir hacia Castro de Beiro, añadió.
Un viandante le indicó la carretera y el automovilista emprendió la marcha, pero cuando llevaba tres kilómetros recorridos volvió a sentirse perdido. Algo me decía que estaba circulando en dirección contraria, comentaba.
El vial es demasiado estrecho para dar la vuelta. El conductor buscó una zona algo más ancha y comenzó a maniobrar para regresar a la N-120. Tenía bastante espacio pero la calzada está mojada y las ruedas patinan, lamentaba. El camión quedó atravesado con la cabeza tractora pegada a la valla protectora, que impedía que se precipitara por un terraplén. Tráfico cortó el vial señalando rutas alternativas para los vecinos. A las cinco de la tarde, una grúa se disponía a retirar el vehículo para vaciar la carga en la destilería, que estaba cerrada. El camionero desconocía que era festivo en Ourense.
