Un salón aborratado de autoridades de la administración central y autonómica, Francisco Fernández Liñares tomó ayer posesión como presidente de la Confederación Miño-Sil, priorizando su servicio al público. La ministra Elena Espinosa, subrayó la necesidad de incidir en una racionalidad económica y sostenibilidad ambiental.
Prometo por mi conciencia y honor cumplir fielmente con mis obligaciones del cargo. El lucense Francisco Fernández Liñares tomó ayer posesión del puesto de presidente de la recién creada Confederación Hidrográfica Miño-Sil en un acto, en la Subdelegación del Gobierno, en el que estuvo arropado por una nutrida representación política, entre la que estaban altos cargos políticos e institucionales del PSOE como el vicesecretario general, José Blanco; la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa o el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño.
En un discurso de apenas tres minutos, Fernández Liñares aseguró que desempeñará su cargo con dedicación y lealtad, comprometiendo su esfuerzo para que las relaciones entre el organismo de cuenca y la Xunta sean fluidas y buenas en beneficio de los gallegos. Catalogó a la nueva Confederación como un organismo de servicio público, por lo que trabajará, dijo, para hacerlo crecer y que sirva a los ciudadanos y al Estado.
A sus buenas palabras se añadieron las de la ministra Elena Espinosa, que se refirió al presidente como una persona firme y tenaz con visión práctica de la gestión de los asuntos ciudadanos y con experiencia en la administración. Reconoció que Fernández Liñares tiene ante sí un ejercicio de enorme responsabilidad en tanto que debe poner en marcha un organismo nuevo, eficaz y moderno para lograr una gestión sostenible de los recursos hídricos. En esta línea, subrayó la necesidad de introducir mayores exigencias de racionalidad económica, sostenibilidad ambiental y participación pública en la administración hidráulica.
El presidente de la Xunta, Emi lio Pérez Touriño indicó que era un día extraordinariamente relevante para Galicia porque implica integrar a xestión dos recursos hídricos e centralizar no territorio galego a xestión en materia de aguas, lo que calificó de un feito histórico e un soño. Asimismo, el máximo mandatario gallego vinculó la Confederación con la apuesta por un reequilibro territorial.
Toma de posesión de lujo
En su turno de palabra y nada más prometer su cargo, Francisco Fernández Liñares se mostró como un gallego emocionado por la masiva presencia de políticos y altos cargos que lo arroparon en el día de ayer. De hecho, el presidente del nuevo organismo de cuenca aseguró que era una toma de posesión de lujo. Y es que entre la representación institucional se encontraban el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño; la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa; el delegado del Gobierno en Galicia, Manuel Ameijeiras; el conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez; los alcaldes de Lugo y Ourense, José López Orozco y Francisco Rodríguez, respectivamente; el subdelegado del Gobierno en Ourense, Camilo Ocampo, y el presidente de la Confederación del Cantábrico, Jorge Marquínez. La representación política corrió a cargo del vicesecretario general del PSOE, José Blanco; el vicesecretario xeral del PSdeG y conselleiro de Traballo, Ricardo Varela, así como senadores y parlamentarios autonómicos del PSdeG. Y tampoco falto la representación empresarial.
Pese a la oficialidad del acto, Fernández Liñares declinó hablar para la prensa, al igual que la ministra Elena Espinosa, quien horas antes ya anunciaba vía comunicado que no haría declaraciones.
En un discurso de apenas tres minutos, Fernández Liñares aseguró que desempeñará su cargo con dedicación y lealtad, comprometiendo su esfuerzo para que las relaciones entre el organismo de cuenca y la Xunta sean fluidas y buenas en beneficio de los gallegos. Catalogó a la nueva Confederación como un organismo de servicio público, por lo que trabajará, dijo, para hacerlo crecer y que sirva a los ciudadanos y al Estado.
A sus buenas palabras se añadieron las de la ministra Elena Espinosa, que se refirió al presidente como una persona firme y tenaz con visión práctica de la gestión de los asuntos ciudadanos y con experiencia en la administración. Reconoció que Fernández Liñares tiene ante sí un ejercicio de enorme responsabilidad en tanto que debe poner en marcha un organismo nuevo, eficaz y moderno para lograr una gestión sostenible de los recursos hídricos. En esta línea, subrayó la necesidad de introducir mayores exigencias de racionalidad económica, sostenibilidad ambiental y participación pública en la administración hidráulica.
El presidente de la Xunta, Emi lio Pérez Touriño indicó que era un día extraordinariamente relevante para Galicia porque implica integrar a xestión dos recursos hídricos e centralizar no territorio galego a xestión en materia de aguas, lo que calificó de un feito histórico e un soño. Asimismo, el máximo mandatario gallego vinculó la Confederación con la apuesta por un reequilibro territorial.
Toma de posesión de lujo
En su turno de palabra y nada más prometer su cargo, Francisco Fernández Liñares se mostró como un gallego emocionado por la masiva presencia de políticos y altos cargos que lo arroparon en el día de ayer. De hecho, el presidente del nuevo organismo de cuenca aseguró que era una toma de posesión de lujo. Y es que entre la representación institucional se encontraban el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño; la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa; el delegado del Gobierno en Galicia, Manuel Ameijeiras; el conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez; los alcaldes de Lugo y Ourense, José López Orozco y Francisco Rodríguez, respectivamente; el subdelegado del Gobierno en Ourense, Camilo Ocampo, y el presidente de la Confederación del Cantábrico, Jorge Marquínez. La representación política corrió a cargo del vicesecretario general del PSOE, José Blanco; el vicesecretario xeral del PSdeG y conselleiro de Traballo, Ricardo Varela, así como senadores y parlamentarios autonómicos del PSdeG. Y tampoco falto la representación empresarial.
Pese a la oficialidad del acto, Fernández Liñares declinó hablar para la prensa, al igual que la ministra Elena Espinosa, quien horas antes ya anunciaba vía comunicado que no haría declaraciones.
