Jaulas trampa y un mapa de movilidad para frenar al jabalí en Ourense

Reunión de seguridad entre Estado, Xunta y Concello de Ourense
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Las autoridades quieren atajar la presencia de jabalíes en zonas residenciales de Ourense

La Xunta propone al Concello de Ourense que utilice jaulas trampa en el entorno de Covadonga para impedir circular a jabalíes por las zonas habitadas -es habitual la presencia de estos suidos en el barrio-, al tiempo que pide a la población que no se acerque a estos animales ni los alimente, ya que los expertos sostienen que su presencia continuada se debe a que se les facilita comida. Gobierno central, Xunta y Concello de Ourense acordaron ayer establecer un plan de actuaciones ante la presencia de jabalíes en este barrio ourensano. Según trasladó la Subdelegación del Gobierno, el Concello se comprometió, en colaboración con la Consellería de Medio Ambiente, a trazar un mapa de la movilidad de estos animales. 

Asimismo, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado realizarán acciones preventivas para evitar situaciones de riesgo que puedan afectar a los vecinos de Covadonga y otros barrios afectados en la ciudad. De este mismo modo, Policía y Guardia Civil han expresado su disposición a colaborar y a acometer las actuaciones que sean necesarias.

Más frecuentes

El subdelegado del Gobierno en Ourense, Emilio González, agradeció la colaboración de todas las instituciones para tratar de prevenir riesgos entre la población ante situaciones que, aseguró, cada vez son “más frecuentes” en las ciudades.

Por su parte, el delegado de la Xunta en Ourense, Gabriel Alén, informó del procedimiento de autorización a seguir ante la Xunta por parte de las grandes ciudades y de los ayuntamientos de su área de influencia para instalar jaulas trampa en zonas periurbanas dirigidas a capturar jabalíes.

Asimismo, el representante del Gobierno gallego agradeció a la Subdelegación del Gobierno su receptividad ante un problema de seguridad ciudadana que “podría alcanzar cuotas de riesgo para las personas que frecuentan las calles y los parques de la zona”. Por ello, hizo un llamamiento a la ciudadanía para que no se acerque a estos animales ni los alimente.

Del mismo modo, Alén incidió también en la importancia de mantener limpias y libres de maleza las parcelas y zonas periurbanas que pueden resguardar a estos animales y convertirse en zonas de encame.

Varios meses instalados

Los animales campan a sus anchas sin miedo a los vecinos e incluso llegan a atacar a los perros desde que se instalaron en la zona después del verano. Dos grandes grupos de suidos hicieron suyo el barrio, campan a sus anchas por las calles, destrozan los parques y se muestran hostiles con otros mamíferos a cuatro patas.  

Los vecinos aseguran estar “al límite” al invadir estos animales sus parques y otras zonas de recreo. Pasear a los perros, llevar a los niños al parque o salir a caminar a partir de las seis y media de la tarde es misión imposible porque “hacen el amago de atacar a los canes y a sus dueños”, explican vecinos del barrio.

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