El proyecto transformó una zona abandonada en 5.200 metros cuadrados de laguna, áreas verdes y zonas de ocio

El parque de Avilés de Taramancos dignifica la memoria del río Barbaña

Imagen parcial de la laguna y la zona verde, llena de vecinos que asistieron a la inauguración (Foto: MARTIÑO PINAL)
El parque de Avilés de Taramancos se resistió durante años a abandonar su condición de punto tétrico, pero desde ayer luce transformado en una zona tocada por cierta magia.
Si al paso del Barbaña antes era lo inmediatamente anterior a un vertedero, hoy son 5.200 metros cuadrados de paisaje y diseño que refuerzan la presencia del río como órgano vital de la ciudad. El concejal de Medio Ambiente, Demetrio Espinosa, lo expuso a su modo: 'Aquí había unha zona completamente abandonada, un vertedoiro, que despois de poñer en marcha un proxecto de valorización e naturalización dos recursos en tonro ao río, vai ser un espazo de referencia para a Ourense'.

El parque cuenta con una zona consagrada al agua, a través de una laguna de 1.300 metros y una grada vitrificada que por la noche se convierte en una cortina de agua proyectada a distintas alturas. Justo frente a ella, se ha colocado una plataforma hexagonal, denominada panot Gaudí, por cuanto fue el arquitecto catalán quien la diseñó (el original se puede ver en el MOMA de Nueva York). La segunda gran zona está destinada a los juegos, y en ella sobresalen un tobogán de 13,5 metros y una estructura en forma piramidal, trenzada con cuerdas que alcanza los nueve metros de altura y tiene capacidad para que jueguen en ella hasta 60 niños simultáneamente. Ayer se puso a prueba con una presencia multitudinaria de ciudadanos.

Francisco Rodríguez, el alcalde de la ciudad, que estuvo acompañado en la inauguración por el secretario de Estado de Cooperación Territorial, Gaspar Zarrías, apostó por una política que haga de los ríos 'os corredores verdes que artellen á cidade, apuntalando a vocación verde de Ourense'. Recordó que lejos de ser una acción aislada, el nuevo parque se suma a una estrategia verde que movilizó en tres años 1,2 millones de metros cuadrados de nuevos parques. No dejó pasar el momento, ni escapar el lugar, para recordar 'as agresións das que foi vítima o Barbaña', y de las que el parque quiere se una reparación y una advertencia contra la desmemoria.

El proyecto ha precisado una inversión de 562.000 euros. Pero ni siquiera gastarlos ha sido sencillo. El proyecto encontró dos grandes obstáculos en su camino. Uno económico y otro jurídico, vinculado con dificultades urbanísticas. 'Cando chegamos ao Concello -detalló Demetrio Espinosa- había na zona un cartel do anterior goberno que anunciaba a obra, pero cando sentei na concellaría non existía un só euro destinado ao parque'. Quiso pasar el Plan E por Ourense y se resolvió el conflicto económico. Pero faltaba aún el jurídico, que se solventó 'grazas á labor de Aurea Soto, a responsable de urbanismo, que desbloqueou o proxecto'.

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