Los agentes sospechan que las viviendas están siendo utilizadas por miembros de bandas organizadas para esconderse y deshacerse del botín tras perpetrar asaltos en toda la provincia

La Policía vigila 12 pisos de la ciudad para esclarecer robos

Un coche policial patrullaba ayer por la calle Paseo. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Doce pisos de la ciudad, situados en los barrios de A Ponte, O Couto, Mariñamansa y San Francisco, están sometidos a vigilancia permanente por miembros del Cuerpo Nacional de Policía ante la sospecha de que están siendo utilizados por delincuentes integrados en bandas organizadas, tras perpetrar robos en toda la provincia e incluso en la vecina Pontevedra.
Los agentes no pierden de vista las viviendas, sobre todo por la noche, para conocer qué personas entran y salen de ellas, así como a qué actividad se dedican sus moradores, lo que provocan que establezcan controles de verificación de identidad prácticamente a diario en calles adyacentes e incluso a la entrada de los inmuebles.

Los 12 pisos que están siendo vigilados están alquilados, pero, según los datos que ya recabó la Policía Nacional, a ninguna de las personas que normalmente los ocupan. Los alquileres los suscribieron individuos 'blancos' (sin antecedentes) cuyo domicilio habitual a veces está situado fuera de la provincia.

Los agentes también los están investigado al sospechar de que alquilaron las viviendas, aprovechándose de que no están fichados por las fuerzas de seguridad, para utilizarlas como pisos francos para perpetrar asaltos en connivencia con el resto de integrantes de las bandas.

El comisario, Ángel Barrera, reconocía esta semana la vigilancia a que están sometidas las viviendas pero la enmarca dentro de los controles que realizan de forma esporádica 'para evitar la actividad delictiva', negando que en la ciudad estén asentadas bandas organizadas. 'De vez en cuando se desplaza algún miembro de estas bandas a la provincia para perpetrar delitos, como los dos detenidos el pasado mes de marzo, que compraban con documentos falsos material informático, pero lo que es en Ourense no tenemos residiendo a ninguna banda criminal de forma estable', explicó. La actividad delictiva organizada la reduce a la existencia de 'rateros' especializados en pequeños hurtos.

Los agentes iniciaron los controles tras detectar un continuo movimiento de inquilinos en las 12 viviendas. Según fuentes policiales, una semana residen unas personas y a la siguiente están ocupadas por otras totalmente distintas, cuando el titular del alquiler continúa siendo la misma persona.


CONTROL EN LA CALLE

Los agentes destaparon el movimiento de inquilinos en los citados pisos dentro de los controles establecidos en el casco urbano al comprobar que grupos de personas residían en un domicilio que la semana anterior acogía a otras distintas. Los afectados alegaron que se habían instalado en la vivienda por la mediación de un amigo.

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