Los vecinos de San Lourenzo da Pena, en Cenlle, están a la espera de obras de consolidación del muro de la antigua rectoral, que está situado frente a la iglesia parroquial, del siglo XII, y que quedó parcialmente destruido por un incendio en el verano de 2005. La pared presenta una serie de grietas y está sustentada únicamente por el pavimento del atrio de la iglesia, sobre un desnivel de 20 metros de altura.
Al respecto, el alcalde del municipio, Gabriel Alén, ya había remitido el pasado año un escrito a la Diócesis de Ourense, firmado por los feligreses de San Lourenzo, en el que reclamaban el arreglo del muro. Sin embargo, todavía no hubo una respuesta 'e os veciños están preocupados, porque calquera día pode ocurrir algún accidente', señala el regidor de Cenlle.
Alén volverá a solicitar del Obispado ourensano 'a urxencia desta reparación', teniendo en cuenta que tanto el muro como la iglesia están catalogados en el inventario de Patrimonio por su antigüedad. La única pared del muro que se encuentra en pie sobre el atrio alcanza los dos metros de altura y unos 20 de longitud 'e temos medo de que un temporal o derrube e quede o adro sen protección', indica Odilo Rodríguez, portavoz de los feligreses.
Los vecinos consideran que la caída del muro podría causar daños graves en los cimientos de la iglesia, ya que ésta 'quedaría sen suxección e a xente que vén ás misas ou ó cemiterio correría o risco de caer abaixo'. Además, los propios feligreses llevaron a cabo trabajos de acondicionamiento de la propia iglesia en el siglo XVIII, concretamente en el año 1783, 'e por iso consideramos que xa é o turno do Obispado', comenta Odilo Rodríguez. Fuentes de la Diócesis apuntaron que, actualmente, hay carencia de presupuesto para acometer este tipo de obras.
Alén volverá a solicitar del Obispado ourensano 'a urxencia desta reparación', teniendo en cuenta que tanto el muro como la iglesia están catalogados en el inventario de Patrimonio por su antigüedad. La única pared del muro que se encuentra en pie sobre el atrio alcanza los dos metros de altura y unos 20 de longitud 'e temos medo de que un temporal o derrube e quede o adro sen protección', indica Odilo Rodríguez, portavoz de los feligreses.
Los vecinos consideran que la caída del muro podría causar daños graves en los cimientos de la iglesia, ya que ésta 'quedaría sen suxección e a xente que vén ás misas ou ó cemiterio correría o risco de caer abaixo'. Además, los propios feligreses llevaron a cabo trabajos de acondicionamiento de la propia iglesia en el siglo XVIII, concretamente en el año 1783, 'e por iso consideramos que xa é o turno do Obispado', comenta Odilo Rodríguez. Fuentes de la Diócesis apuntaron que, actualmente, hay carencia de presupuesto para acometer este tipo de obras.
