Reducir la mortalidad de los atropellos en ciudad y priorizar a los peatones sobre los vehículos. Estos son los principales objetivos del borrador para la reforma del Código de Circulación, que limitará la velocidad máxima en el casco urbano de 50 a 30 km/hora. Una polémica medida que no convence a todos los ciudadanos y que ya se ha topado con la oposición del gremio de los transportistas y taxistas, quienes desconfían de su supuesto 'afán recaudatorio'.
La administración local ourensana todavía carece de cualquier tipo de estudio sobre la aplicación de una reforma que cambiará radicalmente el modelo de ciudad, mientras los conductores apuntan sus temores hacia un incremento de las retenciones en las principales vías de acceso a la capital, como Marcelo Macías o Avenida de Zamora. 'Habitualmente ya se producen atascos en las zonas de entrada, como en las inmediaciones del centro comercial Carrefour, por lo que si se limita más la velocidad, la situación irá a peor', lamenta el taxista Severino Pereiro.
El apoyo a la nueva normativa por parte del concelleiro responsable del área de Tráfico, Fernando Varela, no deja lugar a la ambigüedad. Considera que es 'idónea' porque coincide con la actual filosofía del Concello de 'recuperar a cidade para os peóns'. Sobre todo en los puntos negros, como la avenida de Portugal, avenida de Marín, avenida de Castelao y carretera de A Granxa, en donde ya se ha reforzado la señalización lumínico-visual de los pasos para peatones.
A pesar de que la reforma se basa en vincular velocidad y atropellos, los últimos informes de la Policía Local en esta materia, relativos al 2009, contradicen dicho argumento. Y es que tan sólo uno de los 12 atropellos registrados ese año se produjo por exceso de velocidad. Cinco fueron por cruzar en lugares inadecuados, tres por no parar en pasos de peatones, dos por conducción distraída y uno por irrupción repentina en la calzada.Sea la velocidad causa principal o no de los atropellos, lo que sí está claro es que 'tendremos que cambiar el chip', como vaticina el jefe provincial de Tráfico, David Llorente.
El apoyo a la nueva normativa por parte del concelleiro responsable del área de Tráfico, Fernando Varela, no deja lugar a la ambigüedad. Considera que es 'idónea' porque coincide con la actual filosofía del Concello de 'recuperar a cidade para os peóns'. Sobre todo en los puntos negros, como la avenida de Portugal, avenida de Marín, avenida de Castelao y carretera de A Granxa, en donde ya se ha reforzado la señalización lumínico-visual de los pasos para peatones.
A pesar de que la reforma se basa en vincular velocidad y atropellos, los últimos informes de la Policía Local en esta materia, relativos al 2009, contradicen dicho argumento. Y es que tan sólo uno de los 12 atropellos registrados ese año se produjo por exceso de velocidad. Cinco fueron por cruzar en lugares inadecuados, tres por no parar en pasos de peatones, dos por conducción distraída y uno por irrupción repentina en la calzada.Sea la velocidad causa principal o no de los atropellos, lo que sí está claro es que 'tendremos que cambiar el chip', como vaticina el jefe provincial de Tráfico, David Llorente.
