La caída de la demanda y los impagos, antes desconocidos en este negocio, asfixian a las empresas

El sector maderero urge liquidez para afrontar la crisis y una política forestal a largo plazo

Troncos de madera acumulados en el entorno de una industria ourensana.  (Foto: José Paz)
El sector maderero tiene un gran peso en la economía ourensana. No obstante, la caída de la demanda, los impagos y la falta de liquidez motivan que las empresas demanden medidas que les permitan mantener la actividad y empleo durante la crisis. También reclaman una Lei de Montes que asiente las bases de una política forestal duradera.
Liquidez inmediata para garantizar la supervivencia de las empresas y medidas estructurales para el sector a largo plazo constituyen las principales demandas del sector maderero, que se está viendo muy afectado por la caída de la demanda. Además, según explican Ana Oróns, secretaria general de la Federación de Aserraderos y Rematantes (Fearmaga), y Juan Picos, director de la Asociación Monte-Industria, los impagos -que eran inexistentes en el sector- alcanzan el 20% de las transacciones. Pero también sufren una falta de liquidez compartida con el resto de sectores, ya que ‘non só non nos dan diñeiro, senón que temos dificultades para renovar as pólizas habilitadas en anos anteriores’. A esto se une la incertidumbre del futuro, puesto que el sector tradicionalmente compra madera y paga al contado antes incluso de entrar al monte, pero pasan unos diez meses hasta que sale de la fábrica. Por eso, ahora no saben si las compras que puedan hacer actualmente tendrán salida en los próximos meses.

Por ello, a corto plazo, las empresas del sector urgen que funcionen las líneas de disposición de circulante de programas como los del Instituto de Crédito Oficial (ICO), que les permitan conservar el empleo y las empresas en estos meses, para ‘mantenernos a flote’ hasta que mejore la actividad económica.

No obstante, el sector también es consciente de la necesidad de medidas a largo plazo, como una Lei de Montes que establezca una política forestal duradera, ya que su materia prima tiene unos periodos de maduración de entre 15 y 60 años, por lo que ‘non podemos estar sufrindo cambios nas ordenacións cada pouco’, y que esté consensuada con los agentes del sector. Es preciso, asimismo, establecer unos criterios de producción eficientes, con incentivos para que los propietarios se impliquen en el cuidado del monte. Además, consideran necesario delimitar las competencias de los diferentes departamentos de la Administración con competencias sobre el montes.

Igualmente, sostienen que es muy importante potenciar el CIS-Madeira (ubicado en el Parque Tecnolóxico), para que lidere las políticas de I+D en el conjunto del sector, que cada empresa individualmente no las puede asumir.

Una actividad con gran potencial, pero que teme por casi el 10% de su empleo

La crisis repercute en el sector desde el último trimestre del año pasado, momento que las empresas afrontaron reestructurando sus procesos de producción y manteniendo la plantilla al reducir horas extra y reorganizando vacaciones. No obstante, ya avanzado el año 2009, están viendo que las medidas que podían adoptar se quedan insuficientes y temen por la pérdida de numerosos puestos de trabajo (unos 3.000 en Galicia, casi el 10% del total).

No obstante, el forestal es un sector con futuro, pues España importa la mitad de la madera que consume y la otra mitad la produce Galicia. ‘Sería unha pena que nos vaiamos a pique cando temos estas expectativas’, indica Juan Picos, que ale ga que el tejido empresarial no es deslocalizable y, ‘aínda que quizá non é moi tecnolóxico, si é moi eficiente en xestión e productividade’. Ana Oróns añade que ‘a maioría son empresas tradicionais, pero eso non é unha dificultade, senón que houbo unha transmisión de coñecemento e adaptación ós novos tempos. Se non foran competitivas desaparecerían’.




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