El pasado año fueron multados el 40% de las personas a las que se realizó la prueba, cuando en 2015 el porcentaje fue el 32%
Un total de 946 conductores fueron denunciados el pasado año por conducir con la presencia de drogas en su organismo. En total, el 40% de todos aquellos que realizaron el narcotest (prueba salival) , normalmente personas que, ante una primera valoración de los agentes, evidencian síntomas. Las pupilas dilatadas o la excitación al hablar son indicativas.
Este porcentaje ha ido aumentando desde que en 2012 comenzaron a efectuarse en Ourense este tipo de controles, aunque comenzaron a institucionalizarse hace solo dos años. En 2015, hubo más -2.587 pruebas- pero menos positivos (835), es decir, el 32% del total.
La intepretación de esta evolución no ofrece dudas para el máximo responsable del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Ourense, Ángel Rafael Rodríguez. "Esta dato revela la falta de concienciación sobre las consecuencias negativas para la conducción que entraña el consumo de drogas, ya que no podemos ponernos al volante si no lo hacemos en plenitud de forma y sin crear un peligro para uno mismo y los demás usuarios de las vías", valora.
Y evidencia que "se desconocen las importantes sanciones a las que se enfrentan los infractores, el pago de 1.000 euros y la retirada de seis puntos", asegura un agente del destacamento. Por contra, añade, los positivos en alcohol llevan varios consecutivos años descendiendo de forma gradual (en los dos últimos años, 421 denuncias menos).
Precisamente, por esta misma razón, insisten desde la Guardia Civil de Tráfico, los controles en los que se realizan pruebas de drogas se efectúan de forma sistemática, pese a que son costosas. En 2016, 2.254 en dispositivos preventivos (869 positivas),a las que hay que sumar 91 a conductores que fueron sorprendidos tras cometer alguna infracción (57 positivas) y 42 en casos de accidente (20).
En las pruebas realizadas en Ourense, la droga más detectada fue el cannanbis (727) seguida de la cocaína (353) mientras que también se detectó en 84 pruebas la ingesta de anfetaminas y opioides en 81. La sustancia estupefaciente menos presente fue la metanfetamina.
Hasta la fecha, la Guardia Civil no ha tramitado ninguna diligencia judicial por ir al volante bajo los efectos de las drogas, al considerar que no influyeron en la conducción. El pasado año, en A Coruña hubo seis denuncias y tres en Pontevedra. Mientras, envió al juzgado 187 denuncias por conducciones ebrias.
Forenses
Tanto la ingesta de alcohol como de drogas está presente en los accidentes de tráfico más graves, aquellos que causan víctimas mortales. Según el responsable de la delegación del Instituto de Medicina Legal en Ourense, a tenor de los datos que obran en su poder, los forenses detectan alcohol y drogas, sobre todo cocaína, "en un tercio de las autopsias practicadas tras un accidente mortal". Traducido a números, explica Julio Jiménez, "tres en 2015, el último con datos cerrados, de los nueve análisis solicitados", dice. A mayores, destaca, habría que valorar aquellos casos, cada vez más representativos en las mesas de autopsias, alusivos a personas mayores que conducen con un tratamiento de ansiolíticos (las pruebas de drogas aún no los detectan).
Por contra, el binomio conducción y alcohol pierde influencia en los atestados y diligencias penales. El pasado año hubo 1.184, pero en 81.747 pruebas, es decir, el 1,4% del total de los conductores. Hace una década, según puntualizan en la Jefatura provincial de Tráfico, los positivos suponían el 1,8% del total de alcoholemias realizadas.
